En su segundo torneo tras su grave accidente automovilístico, Tiger Woods batalló contra el dolor durante la primera ronda del Campeonato de la PGA, que terminó con un decepcionante resultado de 74 golpes (+4).
“Tengo un poco de dolor ahora mismo”, reconoció Woods y añadió que “mi pierna no se siente tan bien como me gustaría”, remarcó al término de su primer recorrido en Tulsa (Oklahoma).
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Woods, de 46 años, admitió que es incapaz de aportar toda la potencia necesaria a su swing debido al dolor en su pierna derecha, que tuvo que ser estabilizada tras el accidente con varillas, clavos y tornillos.
“Simplemente no puedo cargarla”, dijo Woods sobre sus movimientos en los golpes de salida. “Cargar duele, presionar duele y caminar duele y girar duele”.
Apoyado por una multitud de aficionados, el exnúmero uno mundial protagonizó un ilusionante inicio del Campeonato de la PGA, el segundo Grand Slam de la temporada.
Woods, que aseguraba haberse fortalecido desde su regreso en el Masters de Augusta de abril, firmó dos birdies en sus primeros cinco hoyos, festejados por la multitud de aficionados que le acompaña.
Pero, bajo un fuerte sol, la resistencia de Tiger fue menguando a medida que debía recorrer el campo de Southern Hills de Tulsa.
“Tuve un gran comienzo y no lo mantuve”, lamentó. “Di un montón de malos golpes con los hierros al final. Nunca pude acercar la pelota para tener buenos putts para birdie. Seguí mandándola a malos lugares”.
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