Cuidar de nuestra ciberseguridad y proteger nuestros dispositivos y nuestras contraseñas cuando trabajamos en una oficina es realmente importante, pero lo es todavía más cuando lo hacemos desde casa. La nueva tendencia del trabajo remoto presenta toda una serie de desafíos en materia de seguridad informática que los ciberatacantes están explotando en su beneficio, y, de hecho, cada vez son más los ataques a trabajadores que cumplen con sus obligaciones de manera telemática.
Quienes trabajan desde casa son víctimas mucho más fáciles para los hackers, que pueden realizar ciberataques muy lucrativos vulnerando sus cuentas, e incluso utilizarlas para acceder a activos de sus empresas por valor de millones de dólares.
Las consecuencias pueden ser nefastas para las compañías afectadas. Además, el empleado podría perder el puesto de trabajo, soportar serias pérdidas económicas e incluso tener dificultades para reincorporarse al mercado laboral en el futuro.
Las redes Wi-Fi débiles suponen un peligro
Las redes Wi-Fi son uno de los principales puntos de entrada de los hackers a las cuentas de los trabajadores telemáticos, ya que, por lo general, no se encuentran protegidas por los sofisticados sistemas de ciberseguridad que suelen instalarse en las oficinas. Para una empresa resulta mucho más fácil tener un equipo informático permanente y centralizado en un espacio físico donde trabajan cientos de personas. Sin embargo, el trabajo telemático dificulta las cosas y multiplica el número de routers y dispositivos que se deben proteger.
La mejor manera de blindar la red Wi-Fi de casa es utilizar una contraseña robusta en el router y conectarse siempre a través de una VPN capaz de cifrar la conexión para encriptar los datos. Asimismo, a la hora de elegir una VPN la prueba gratuita nos permite conocer sus funciones de seguridad antes de optar definitivamente por su contratación, así que resulta muy sencillo encontrar la más adecuada, incluso si nunca habíamos usado una antes.
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La nube tampoco está a salvo
Un problema similar ocurre con los archivos que guardamos en la nube, ya que con el trabajo remoto generalmente empleamos toda una serie de plataformas online para poder coordinarnos con nuestros compañeros y compañeras de trabajo, clientes o cualquier otra persona involucrada con nuestra labor. Además del correo electrónico, están proliferando muchísimos servicios como Trello, Monday, Microsoft Teams, Google Drive, todos ellos con servidores en la nube que alojan datos críticos muy apetitosos para los hackers.
Aunque empresas como Microsoft o Google definitivamente invierten grandes recursos en sus sistemas de ciberseguridad, filtraciones como la sufrida por la iCloud de Apple demuestran que ninguna empresa es demasiado grande como para ser invulnerable, así que debemos tener cuidado con los datos que compartimos en este tipo de servidores. Y, por supuesto, resulta esencial salvaguardar nuestras cuentas con contraseñas que sean eficaces.
Los keyloggers pueden acechar en cualquier dispositivo
Pero, hasta las contraseñas más robustas pueden quedar expuestas y dejar nuestras cuentas en las manos equivocadas si no adoptamos las medidas necesarias para protegerlas. Por eso es fundamental instalar un software antimalware para proteger los ‘endpoints’ de nuestra comunicación en internet, es decir, los dispositivos que usamos para conectarnos a la red o los dispositivos de nuestros destinatarios cuando intercambiamos información en ella.
Cuando utilizamos un sistema informático que no se encuentra protegido adecuadamente por una herramienta antivirus, corremos el riesgo de que se infecte con diferentes tipos de malware capaces de hacerse con sus contraseñas para vulnerar sus cuentas asociadas. Por ejemplo, uno de los tipos de malware más peligrosos y más eficaces a la hora de robar contraseñas son los llamados ‘keyloggers’, que registran las pulsaciones que realizamos en el teclado cuando escribimos las claves para acceder a nuestras plataformas online.
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Educarnos frente al phishing también es crucial
Debemos recordar además que no podemos depender únicamente del software para mantenernos a salvo en la red. Por supuesto, un buen antivirus y una buena VPN son de gran ayuda para proteger nuestras cuentas, pero el mejor antivirus del mundo no servirá de nada si luego le damos nuestros datos de acceso y las claves privadas al primer hacker que nos lo pide.
Esto es esencialmente lo que ocurre con el phishing, una técnica de hackeo basada en la ingeniería social y el engaño, que es responsable de la gran mayoría de las vulneraciones de cuentas en todo el mundo. Por eso, es importante que las empresas eduquen a la plantilla en el ámbito de la ciberseguridad para que puedan reconocer más fácilmente este tipo de estafas, que suelen adoptar la forma de correos fraudulentos, páginas web falsas o llamadas telefónicas malintencionadas.
Recuerda que, en materia de ciberseguridad, la mejor herramienta es la prevención. Equípate con el software adecuado, no descuides la seguridad de tus contraseñas y mantente siempre alerta ante los intentos de estafa.
JC