“Genética no determina agresividad o cariño”.
Así comienza el primer estudio científico enfocado a determinar si la genética define el comportamiento de los lomitos.
En dicho estudio elaborado por Arizona State University (ASU) se enfocó a analizar el perfil genético de perros de raza pura y mixta, bajo la premisa de que la raza determina su comportamiento y sus personalidad.
El experimento realizado por Elinor Karlsson, directora de Medicina molecular en la UMass Chan Medical School junto a Noah Snyder-Mackler, de la School of Life Sciences de Arizona State University (ASU), analizó a dos mil 155 perfiles genéticos de perros de raza pura y mixta, además de 18 mil 385 encuestas a los propietarios.
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El trabajo mostró que solo hay nueve por ciento de relación entre los genes de la raza y el comportamiento.
A su vez indicó que el comportamiento está mediado incluso, por factores externos como el entorno, y la genética individual.
Esto porque criadores y dueños suponen que la ascendencia de la raza predice el temperamento y comportamiento de sus animales.
A tal grado que se comercializan pruebas de ADN como herramientas para que los dueños conozcan la personalidad individual de su mascota.
Lo anterior porque se asume que las razas pequeñas con temperamentos más relajados, amistosos podrían ser idóneos para la compañía, a diferencia de los de raza grande, que se han catalogado mas para trabajos de guardia o caza por su “agresividad”.
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Los lomitos han tenido una función de compañía desde tiempos ancestrales, posicionándolos conforme a sus características como razas nobles o agresivas, y con ello el para qué son buenos.
El estudio de Arizona State University destacó que la genética solo en casos específicos determinaría su comportamiento.
CSAS