La anunciada victoria del candidato puntero, Gustavo Petro, le dio el pase a la segunda ronda de votaciones el 19 de junio, pero quien todos esperaban como su principal oponente, Federico “Fico” Gutiérrez, quedó relegado a la tercera posición y, por lo tanto, fuera de la segunda cita a las casillas. En su lugar, Rodolfo Hernández “el Trump colombiano”, tomó la delantera y le corresponderá hacer frente al favorito por la izquierda.
Aunque no logró evitar el trámite de la segunda vuelta de votaciones, Petro encabezaba los conteos preliminares a unos minutos del cierre de las urnas. Un triunfo anunciado que se selló para él y su vicepresidenta, Francia Márquez, con más de 40% de los votos, tras 99.7% de las boletas escrutadas.
Pero quizás el primer gran viraje de estas elecciones lo dieron los colombianos, cuando el candidato de derecha que se perfilaba como el gran opositor en la contienda fue relegado a la tercera posición, quedando por debajo del “ingeniero Rodolfo Hernández” -como le gusta ser llamado-, con 23.8 y 28.1 por ciento de votos, respectivamente.
El personaje sorpresa de 77 años no solo está por medir fuerzas electorales con el progresista Gustavo Petro, sino que también sacó de la jugada a la apuesta de quienes hoy están al frente del país, un síntoma de la inconformidad que se respira en el territorio, una que tira en contra del gobierno de Iván Duque para darle una oportunidad a otros discursos.
Hernández es exalcalde de Bucaramanga, un puesto al que renunció en 2019, después de ser señalado por la procuraría por participación indebida en la política. Sin embargo, logró posicionarse como una opción a considerar por los votantes gracias a una actitud irreverente y comentarios en contra de “la política de siempre”.
CIFRAS // TENDENCIAS
8, 517, 088 votos para Gustavo Petro (40%)
5, 915, 337 votos para Rodolfo Hernández (28%)
Magnicidio, una sombra electoral
Todos estuvieron invitados a la primera vuelta de elecciones presidenciales en Colombia: Irregularidades en las casillas, lluvia, miles de observadores, y hasta el fantasma magnicida que amenaza a la oposición, en medio de un momento crucial para el país cafetalero, que podría tener su primer presidente de izquierda.
Vehículos blindados, policías en moto, ambulancias y francotiradores acompañaban a Gustavo Petro, quien recibió varias amenazas de muerte.
En los 80s y 90s la violencia atizada por el paramilitarismo y narcotráfico se apoderó de la política en el país y dio lugar a una racha de magnicidios en Colombia que inició con el mortal ataque a Jaime Pardo Leal en 1987, quien había denunciado nexos entre la oligarquía y el narcotráfico. Ayer se reportaba saldo blanco.
AR