Enredado y atrapado por sus propias palabras y expresiones Alejandro Alito Moreno ahora pretende construir una narrativa de supuesto espionaje en su contra, aprovechando uno de sus tentáculos en la Cámara de Diputados.

Desde la Comisión de Vigilancia en San Lázaro, a través de su ahijado político, el priista Pablo Angulo Briceño, instruyó al auditor Superior de la Federación, David Colmenares Páramo, para que presente una querella en contra del fiscal general de Campeche, Renato Sales Heredia, acusándolo de un supuesto “robo” de un equipo de espionaje de la Policía Federal para usarlo contra el presidente del Revolucionario Institucional.

Según la historia de Moreno Cárdenas, el fiscal usa esta tecnología para conseguir y luego editar las conversaciones divulgadas por la gobernadora Layda Sansores, justo las que retratan al político en su más cruda realidad: granuja, autoritario y, por lo que se escucha, corrupto.

Esta endeble y manipulada versión ya fue secundada por el auditor Superior, al grado de impulsar que su área jurídica emitiera una denuncia contra Sales Heredia el mismo día que se difundió la primera grabación, el pasado 11 de mayo.

Molestos, algunos diputados integrantes de la Comisión preparan un extrañamiento contra su presidente; pues no existe la duda de que el diputado Angulo Briceño defiende los intereses de “Alito”, quien no sólo es su paisano y presidente de partido, sino que es quien lo ha catapultado durante toda su carrera política, colocándolo como diputado local, federal en dos legislaturas y, ahora, presidente de una muy conveniente y poderosa Comisión.

Moreno Cárdenas y Pablo Angulo se juegan en esta trama el prestigio y, sobre todo el primero, su libertad; pero es todavía más grave que en este círculo de personajes defenestrados se involucre también al encargado de auditar el correcto uso de los recursos federales, al auditor David Colmenares, y a toda la estructura de su Unidad Jurídica, comandada ésta por el abogado Víctor Andrade, hermano por cierto del exsecretario de la Función Pública peñanietista, Virgilio Andrade.

La novela de Alito tuvo un capítulo más ayer, cuando decidió pasar sobre la confianza de su “hermano”, Manuel Velasco, para lanzar un obús contra el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, pero tal vez anda errado y debería apuntar su lupa y energías hacia la gente que lo rodea, pues algunos de los que han sido maltratados por el priista encontraron una forma de cobrar cuentas y parecen ser ellos quienes han llevado las grabaciones hasta Campeche.

 

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Pragmatismo dañino

¿De verdad pretenden mantener una alianza con Alito después de escuchar la forma en que se expresa de políticos, periodistas y empresarios? ¿Cuál es el objetivo de luchar contra Morena y sus vicios? ¿Mantener en el poder a personajes como el priista? ¡No tienen… rumbo!”.

 

   @chimalhuacano