Tras semanas sin definirse si asistiría o no a la Cumbre de las Américas, ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que no acudirá a esta reunión.
“No voy a la Cumbre porque no se invita a todos los países de América y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos: la exclusión, el querer dominar sin razón alguna, el no respetar la soberanía de los países”, dijo en su conferencia de ayer.
Expresó que no invitar a todos los países del continente es continuar con la vieja política de intervencionismo y falta de respeto a las naciones y a sus pueblos, esto, a razón de que el Gobierno de Estados Unidos decidió no convidar a los mandatarios de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Además, señaló al senador por Nueva Jersey, Robert Menendez, de la exclusión. En un comunicado, el demócrata dijo que la cumbre es “una oportunidad para que las democracias —no los pillos autoritarios— de todo el hemisferio forjen una agenda”.
López Obrador apuntó que será el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien acudirá como representante de México en la novena edición de la Cumbre de las Américas.
Y anunció que el próximo mes visitará al presidente de EU, Joe Biden, en Washington para conversar sobre la integración del continente bajo una política de buena vecindad, e insistirá en la aprobación de la reforma migratoria. Encuentro que fue confirmado por EU.
Más tarde, la oficial de comunicación de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre dijo en respuesta a los comentarios de López Obrador, que Biden había manifestado que no se debía invitar a dictadores.
“Hemos estado en comunicación al respecto con el Presidente de México y otros líderes de la región. Es importante destacar que hay diversos puntos de vista en el hemisferio, como los hay en Estados Unidos, y la posición del presidente (Biden) es que dictadores no deben ser invitados, qué es la razón por la que decidió no acudir”, expresó la vocera.
LEG