Una familia mexicana ha vivido con miedo desde 2009 y la pesadilla no ha parado, actualmente tienen 6 meses viviendo en una iglesia protestante de Canadá pero están en busca de una solución definitiva.
En aquel año la familia ,que ha evitado dar su apellido por cuestiones de seguridad, encontraba que la situación y el entorno de su estado en México era muy peligroso y en busca de una vida con más tranquilidad decidieron emigrar a Canadá pero en su ruta incluyeron llegar a EU, lo que para la ley canadiense impide que le soliciten asilo.
Desanimados volvieron a México y trataron de llevar una vida normal abriendo un negocio familiar, durante 2018 un cartel muy grande y famoso de su estado intentó obligarlos a vender droga pero la familia se negó.
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En su estado era normal para estos grupos delictivos reclutar gente amenazándola por lo que al recibir una negativa comenzaron a acosar a la familia e intimidarla, además de que trataron de cobrarles derecho de piso.
Tratando de hacer caso omiso de las llamadas y amenazas, se negaron a pagar o involucrarse en el tema de las droga pero esto trajo represalias.
Durante ese año, la organización criminal incendio el negocio, lo cual dio el banderazo de huida para la familia.
Una vez más Canadá fue el destino y siguiendo la recomendación que un allegado les había dado, eligieron una ciudad intermedia en Quebec: la provincia francófona para vivir.
Al ser mexicanos pudieron acceder a la estancia temporal de 6 meses pero la familia planeaba quedarse para siempre por lo que decidieron contratar a una abogada y asesorados por ella presentaron una solicitud oficial de asilo.
Con el tiempo la familia se empezó a dar cuenta de varios errores cometidos en su intento por escapar, los que ahora son un obstáculo para que puedan mantenerse seguros.
Lo primero que salió a la luz al tratar de quedarse en el país fue que durante 2009 su expediente había quedado con una constancia de rechazo a petición de asilo, lo que para la ley canadiense es un impedimento para realizar una nueva solicitud.
“A lo que sí tenían derecho era a algo que se llama Evaluación de Riesgo Antes del Retorno (ERAR por sus siglas en francés)”, explicó Istvanffym, el actual abogado de la familia para BBC.
La familia trató de tomar esta evaluación como una oportunidad pero debido al mal asesoramiento y a su gran miedo a represalias contra sus seres queridos que continuaba en México, no explicaron lo que había sucedido con el cartel, dejando de lado evidencias de amenazas, llamadas e incluso el incendio.
El país se tomó su tiempo para revisar el caso y les otorgó un permiso temporal de empleo, el cual les dio 3 años donde por fin se pudieron asentar y vivir una vida tranquila.
La situación de la pandemia retraso todo pero a finales del año pasado las autoridades canadienses decidieron darles una orden de extradición puesto que su documentación no mostraba una verdadera amenaza.
“El gobierno canadiense argumenta que no están obligados a regresar a ese sitio en específico, pero la realidad es que los carteles son muy fuertes y están presentes en todo el territorio mexicano. Desgraciadamente allí hay un narco-estado”, expresó el abogado.
No conforme con lo vivido, durante sus años de paz uno de sus familiares en el país le pidió a la familia poder retomar su negocio, pues había pasado más de un año del incendio, el cartel se dio cuenta de la reactivación y una vez más intentaron reclutarlos.
La familia se negó pero esta vez la violencia escaló. “Los encerraron en un baño de la casa [a una pareja con un menor de edad], los ataron de pies y manos, echaron gasolina por todas partes y prendieron fuego a la casa. Intentaron quemarlos vivos”, narró Istvanffy
Afortunadamente la familia logró escapar pero quedaron con secuelas de estrés postraumático y ansiedad, hoy en día estos sobrevivientes también se encuentran en Canadá y apelan por asilo político.
Ante el miedo de ser deportados a México, la familia encontró como una última carta el pedir refugio a una Iglesia apelando a una vieja tradición el “santuario”, Que se refiere a recibir asilo en los templos.
Esto no está escrito en el Código Penal sin embargo el estado prefiere evitar enfrentamientos y llevar a cabo otro tipo de procedimientos.
“Si bien no existe una restricción legal para que ingrese a un lugar de culto para ejecutar una orden de arresto, la Agencia prefiere involucrarse con las personas sujetas a la aplicación de las leyes de inmigración y la institución que brinda santuario con el objetivo de lograr el cumplimiento voluntario”, dijo la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá a CBC.
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Esta historia ha conmovido a la comunidad canadiense , la comunidad creó un comité local que no sólo les brinda la manutención, sino también apoyo psico social, incluso ellos fueron los que contactaron al abogado Stewart Istvamffy, quien destaca por ser un defensor de los derechos humanos.
“No deseamos contravenir las leyes de inmigración de nuestro país, sino aprovechar la práctica antigua y canónica de ofrecer refugio a las personas que están bajo amenaza o persecución. Deseamos brindarle a la familia el tiempo que necesita para permanecer en este país de manera legal y adecuada, al mismo tiempo que los protegemos de la amenaza muy real para sus vidas y su seguridad si regresan a su lugar de origen”, informó la Iglesia a través de un comunicado.
Actualmente el representante legal se encuentra positivo acerca de la situación de la familia, pues a pesar de los errores cometidos en su caso cuentan con suficientes pruebas para demostrar el gran peligro que corren si regresan al país.
Además la presión mediática ahora juega a su favor pues la familia logró que la comunidad realizará una marcha de solidaridad con más de 200 personas, así como llamar la atención de algunos políticos locales quienes aseguran tratarán de apelar por el caso.
“Lo que esperamos es que el ministro de Migración de Canadá les dé un estatus temporal y luego la residencia permanente. Esto basado en el apoyo que han recibido de la comunidad canadiense”, conluyó el abogado.
GR