Héctor Zagal
(Profesor investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)
El ser humano altera los espacios para habitarlos. Crea caminos, zonas de comercio, de reunión, de adoración, de recreación. Construye espacios íntimos, de cuidado, familia. Los límites que crean diferentes espacios habitables también crean espacios hostiles, prohibidos, salvajes. Las construcciones y límites forman un afuera y un adentro. Por lo general, lo que está dentro es considerado seguro. Aunque no siempre es el caso. El interior de una cárcel podría ser considerado más inseguro que su exterior. Los muros que se alzan dividen el espacio para crear una zona de orden y de comunidad. Las murallas permiten controlar la entrada y salida de gente indeseada y enemigos. Les cuento la historia de algunos muros y murallas.
Una de las murallas más famosas es la de Troya. Se dice que esta muralla fue construida por Poseidón y Apolo años antes de la Guerra de Troya. Poseidón y Apolo construyeron la muralla para el rey troyano Laomedonte por órdenes de Zeus. Sin embargo, el rey debía pagarles al final de la construcción del muro 30 dracmas. Pasó un año de construcción de los muros de Troya –Poseidón levantaba la muralla mientras que Apolo se encargaba de los rebaños en el monte Ida–, pero la paga no llegó. Laomedonte se rehusó a pagarles lo acordado y, además, los insultó y amenazó con atarlos y venderlos como esclavos, además de cortarles las orejas si no se iban de Troya cuando antes. La muralla no impidió la caída de Troya ante los aqueos.
El Muro de las lamentaciones, también conocido como el Muro occidental del Segundo Templo de Jerusalén, también resistió los embates de un ejército enemigo. En el año 70 d.C., las tropas romanas de Tito, hijo del emperador Vespasiano, entraron en Jerusalén, destruyeron el templo y redujeron la ciudad a escombros. La guerra entre romanos y judíos fue difícil, pues Jerusalén realmente parecía inexpugnable: estaba fortificada con tres murallas y contaba dos fortalezas y cuatro potentes torres. Los romanos sitiaron Jerusalén por varios días, impidiendo que tanto sus habitantes como peregrinos la abandonaran. La comida y el agua empezaban a escasear, pero los judíos resistieron. Sin embargo, eventualmente las tropas romanas atravesaron todas las murallas y la batalla cuerpo a cuerpo inició. Una vez cerca del templo, los soldados romanos prendieron fuego a éste. El famoso muro que actualmente es visitado es el único resto del Segundo Templo.
En el 221 a.C. Qin Shi Huang, el primer emperador de la China unificada inicia el ambicioso proyecto de construir un muro para proteger a su imperio de los ataques, secuestros y robo de tribus enemigas, los Xiongnu, pueblos nómadas del territorio de la actual Mongolia. Su construcción se logró gracias a miles de esclavos y cautivos condenados a trabajos forzados. Dicen que los cadáveres de quienes morían trabajando en la muralla eran utilizados como material de construcción. No se ha encontrado nunca un cadáver que forme parte de la muralla, pero sí varios cuerpos en zonas aledañas. ¿Han escuchado decir que la Muralla china es la única construcción humana visible desde el espacio? Pues no es así. Al menos no a simple vista. La Gran Muralla tiene pocos metros de ancho, un tamaño similar al de las pistas de las carreteras y aeropuertos, las cuales no son visibles desde el espacio. Aunque una muy buena cámara fotográfica podría captar la muralla después de añadir mucho zoom.
Los muros protegen espacios. Sin embargo, hay muros cuyo propósito no es evitar que entren extraños o enemigos, sino prevenir que la gente escape. El Muro de Berlín, por ejemplo, se levantó en 1961 para detener las migraciones hacia Berlín occidental. Quienes estaban en el Berlín comunista querían huir al Berlín capitalista. Pero esa historia se las cuento en otro momento.
Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
@hzagal