Ni quien se acordó de los precandidatos a la gubernatura del Estado de México, a cuyo nombre Morena realizó la primera pasarela de las corcholatas presidenciales sin importarles un comino la evidente violación a la legislación electoral.
La impunidad con la que las tres corcholatas estelares se descobijaron ayer fue un franco reto a la autoridad electoral, que desde ahora tendrá que tomar nota a la hora de las sanciones.
Y si bien preocupa el desdén por las leyes, preocupa también que los precandidatos morenistas se olvidan que son servidores públicos y se lanzan a una campaña con año y medio de anticipación en demérito de sus responsabilidades.
¿Cómo podrá alguien creer que Adán Augusto López puede ser un interlocutor válido entre la oposición y el Gobierno cuando anda desatado defendiendo a su compadre con tal de agradarle para sucederlo?
López, el de Bucareli, dejó de ser un interlocutor válido para la oposición y para muchos grupos sociales que se han sentido agraviados por decisiones de esta administración.
¿Y Claudia Sheinbaum? La jefa de Gobierno se ha convertido en el ajonjolí de todos los eventos de Morena, aunque sea el bautizo del hijo de un jefe de manzana, con tal de dejarse ver.
Marcelo Ebrard ha tenido que asumir posiciones en las que no cree o en las que no está de acuerdo para no quedar fuera de la carrera.
Ayer recibió algo de calorcito de grupos de Morena, quizá más como para apapacharlo que para fortalecer sus aspiraciones, topadas por un grupo de lopezobradoristas que se creen “puros’’ y que lo siguen viendo como un advenedizo pese a que ha sido uno de los funcionarios que mejores resultados ha dado al Presidente.
¿Por qué la prisa presidencial para acelerar el proceso de sucesión en su partido?
Creyente de los dichos populares, quizá López Obrador pretende aplicar la máxima aquella de que “al que madruga Dios lo ayuda’’.
Quién sabe…
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Mucho se han criticado los resultados que obtuvo el PRI en el proceso electoral de la semana pasada, pero poco se ha dicho de la ausencia de los “ilustres priistas’’ en las campañas de 2021 y 2022.
¿Dónde estaban los expresidentes que hoy reclaman resultados? Y los súper legisladores, ¿dónde se escondieron? ¿Por qué no se dejaron ver en las campañas? ¿Por qué no han salido a defender lo que queda del tricolor y han preferido el silencio que el proselitismo que hoy exigen?
Será muy interesante lo que tengan que decir los expresidentes que solicitaron una cita con Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito’’, para analizar la situación del tricolor de cara a las elecciones de gobernador en Coahuila y el Estado de México el próximo año.
Y desde luego, para conocer qué propuestas llevan para levantar al PRI porque para criticar cualquiera, pero para proponer -en serio-, pocos, muy pocos.
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El 17 de julio próximo se cumplirá un año de que el presidente López Obrador ordenó la militarización de los puertos, dizque por seguridad y para evitar la corrupción y la noticia de ayer fue el robo de 20 contenedores con metales preciosos y televisiones del Puerto de Manzanillo.
Según las notas periodísticas, el grupo armado tuvo ¡10 horas! para seleccionar la mercancía que finalmente robó.
¿Negligencia, corrupción, abierta complicidad con la delincuencia organizada?
¿Qué fue eso y por qué el hecho se dio a conocer por la prensa y no por los canales de información del Gobierno federal?
¡Diez horas! para robar, ni en las películas gringas.
LEG