Pan, queso, carne y vegetales, una orden de papas y un refresco para acompañar. En Rusia, las sucursales que pertenecieran a la mundialmente conocida franquicia de comida rápida estadounidense han vuelto a funcionar con la normalidad de siempre… y con otro nombre.
“El nombre cambia, pero el amor queda”, es el lema con el que reabrieron ayer los antiguos locales de McDonald’s. El característico logo amarillo fue reemplazado por dos rayas estilizadas naranjas que representan dos papas fritas acompañadas de un punto rojo.
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“Vkousno i tochka” (“Delicioso. Punto”), fue el nombre con el que rebautizaron a la franquicia.
Aunque el rebrandeo es una decisión que las marcas toman cada tanto para comunicar mejor sus valores y mantener su identidad gráfica vigente ante el consumidor, el cambio de imagen para las sucursales en Rusia tienen todo menos un trasfondo publicitario.
Con el estallido de la guerra en Ucrania, orquestada tras los muros del Kremlin, la comunidad occidental puso en marcha la aplicación de sanciones económicas y operacionales al gigante asiático, desatando el éxodo de empresas extranjeras como H&M, Starbucks, Ikea y McDonald´s.
Los restaurantes fueron rematados y adquiridos por uno de los propietarios en el país, Alexander Govor. La cartera de 850 restaurantes y 62 mil empleados, fue adquirida por unos mil 400 millones de dólares, según informó el grupo estadounidense.
A pesar del cambio, la nueva dirección asegura que han hecho todo para que el cliente no tenga que sufrir con cambios en el sabor o en la experiencia.
CON INFORMACIÓN DE AFP
LEG