El ahuehuete plantado recientemente en la Glorieta de la Palma “no se está muriendo”, y el color amarillento en sus hojas se debe que se encuentra liberando hormonas y otros químicos mientras se adapta a su nuevo hogar, de acuerdo con Adrián Cavazos, gerente de Viveros Regionales y Vivero Los Encinos, en Nuevo León, que donaron el árbol a la Ciudad de México.
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El experto aseguró que “el árbol se está defendiendo y lo está haciendo de una manera correcta, debido esos cambios de coloración en las hojas, de verde muy fuerte a verde claro, a amarillo y después a un tono cobrizo y al final café… Al final la hoja se cae con facilidad, porque a final de cuentas el árbol despega la hoja de sus tallos como si fuera otoño”.
Luego de que diputados de oposición llamaran a que el ahuehuete quedé bajo el cuidado del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el experto manifestó que “es muy prematuro en este momento tomar una decisión sobre si removerlo, cambiarlo, llevárselo a una universidad por ahí escuchamos, no hay que tomar decisiones apresuradas”.
Destacó que “el árbol no está muerto, está confirmado, hay que esperar. Es un proceso natural, estamos satisfechos con los colores que presentan sus hojas… Eso significa que el árbol está trabajando de manera natural… No ha llegado a un punto de marchitación”.
Sin embargo, sí llamó a cercar el ahuehuete, con el objetivo de evitar “el ingreso de personas y que estén compactando (la tierra) y que se llegue a colocar algún producto que trate de aliviar el árbol.
Cabe recordar que posterior a su plantación (que ocurrió la madrugada del 5 de junio pasado) se realizó una manifestación por personas desaparecidas, además de algunas ceremonias de bienvenida y abrazos al árbol por parte de ciudadanos.
Traslado
También detalló que desde antes de que saliera el árbol de Nuevo León se realizaron diversas labores para protegerlo durante el viaje y posterior plantación.
“Para poderlo embarcar el árbol se fue con suficiente humedad, se le aplicó un antitranspirante en su follaje… Lo hemos usado mucho para todo tipo de árboles cuando los embarcamos a otra parte de la ciudad y del país”.
Posteriormente se enmalló “para salir aproximadamente a las 6 o 7 de la tarde, viajó toda la noche y amaneció allá con un clima fresco en la Ciudad de México, hasta ahí todos los pasos se hicieron bien”.
“Después llega al vivero de la Secretaría de Medio Ambiente (Vivero Nezahualcóyotl, en Xochimilco), trajeron un grúa hasta sobredimensionada para el peso, excelente, y luego se colocó en un pozo temporal en el vivero. Ahí estuvo 11 días, todo para descartar que el árbol hubiera presentado alguna falla”, narró Cavazos.
Destacó que en ese vivero, en los primeros siete días el árbol habría manifestado síntomas de si iba a morir o no después del transplante.
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Y finalmente, ya en la glorieta, “se plantó de manera correcta, en la madrugada, fresco, se hizo una preparación de la cepa, se abrieron cuatro metros a la redonda y dos de profundidad”.
Además, detalló que se sacó toda la tierra antigua que pudiera haber contenido patógenos perjudiciales para el árbol, aunque “realmente no son tan compatibles el patógeno de la palma con el sabino”.
CSAS