DON FERRO
Foto: Ángel Ortiz / Una vez que surge Don Ferro, la estatua viviente, ya no es posible comer e ir al baño. ¿Agua? Solo en un caso muy necesario  

Son las 5:00 horas y José Miguel Moctezuma se levanta de su cama, desayuna fuerte, toma agua, va al baño y luego, como una ceremonia ritual, comienza a maquillarse y vestirse para convertirse en otra persona, en un símbolo de tiempos que parecen lejanos: Don Ferro Ferrocarrilero.

Todo lo que necesita José Miguel lo realiza de mañana, pues una vez que surge Don Ferro, la estatua viviente, ya no es posible comer e ir al baño. ¿Agua? Solo en un caso muy necesario.

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Para resistir estoicamente, el artista urbano practica meditación y ejercicios de respiración, pues su personaje debe pasar largos ratos paralizado, esperando el momento justo, oportuno y mágico para mover un poco los brazos, levantar su lámpara o quitarse la gorra de ferroviario.

El atuendo completo de Don Ferro, que tiene un peso de 18 kilos, no es impedimento para que José Miguel disfrute de “la respuesta del público, la emoción de la gente, de asombro y de felicidad porque alegro el día, ven algo diferente, van como tan clavados en su día a día y de pronto se topan con una estatua que se mueve y les cambia la rutina”.

En los últimos días, como si fuera un fantasma salido de antiguas locomotoras de vapor, Don Ferro se ha paseado por las estaciones del Metro de la Ciudad de México, sorprendiendo a los usuarios ya sea montado e inmóvil en su pedestal, que simula unas vías, o caminando con gran porte y gracia entre la gente.

Lo cual, por supuesto, también es un reto: “cuando estoy en un espacio como más cerrado o, hablando del Metro, cuando estoy en un espacio más hacia abajo, como en la línea naranja, sí siento la presión del espacio, por ejemplo, veníamos de Constitución (Línea 8) y a la hora de entrar a Salto del Agua de inmediato sentí como el traje se apretó”.

“Estoy en la instalación en cualquier estación y estoy bien, estoy tranquilo, pero al llegar a casa me cae el veinte de todo el esfuerzo de tratar de no moverme o de haberme levantado desde temprano a maquillarme… Pero mientras lo disfruto bastante”, dice el artista urbano a 24 HORAS, que lo entrevista en la estación Tacuba.

Y es que Don Ferro es una sensación entre los usuarios, como Gabriel Vargas, Estefanía y Karen Ramírez, quienes son turistas de Costa Rica y no dudaron en tomarse la foto con la estatua viviente.

“Nos dio curiosidad, nos pareció bonito, es impresionante, es demasiado real, uno puede venir caminando por el metro y pensar que es un muñeco, una estatua”, indicaron.

Mientras que a Mary Sánchez, que toma el Metro a diario, le sacó una sonrisa encontrarlo en su trayecto: “Me gusta mucho su maquillaje, fue muy emotivo, me gustó muchísimo encontrarlo… Pienso que es una buena idea (llevarlo al transporte público) porque la gente luego no tiene tiempo como yo. Lo había llegado a ver en Internet y es como conocer a un famoso”.

El personaje nació hace dos años previo a la Feria de San Marcos, en Aguascalientes, que tenía como temática el ferrocarril… Y cuya edición 2020 se canceló debido a la pandemia de Covid-19; sin embargo, ahora Don Ferro (y José Miguel, por supuesto), viajará a Holanda en el mes de octubre para representar a México en el World Living Statues Festival, el evento internacional más importante de estatuas vivientes.

LEG