Centro de Investigaciones de América del Norte

El 6 de enero de 2021, la toma del capitolio estadounidense se convirtió en un episodio histórico que perdurará en la memoria de propios y extraños durante generaciones. La insurrección instigada por el entonces presidente Donald Trump, que estaba dirigida a evitar la formalización del resultado electoral por parte del legislativo, cimbró uno de los pilares de las democracias que es la transición pacífica del poder. Este episodio dio lugar a que se intensificaran los cuestionamientos sobre si la democracia del país norteamericano estaba en declive o si por lo menos su erosión política era más problemática que en otras partes del orbe.

En un esfuerzo titánico, los legisladores estadounidenses pudieron restaurar la política formal legislativa esa misma tarde. Los líderes del Congreso prometieron consecuencias para todos los instigadores, inclusive para el que ocupaba la oficina oval de la Casa Blanca. El proceso de impeachment de Trump aconteció luego de un par de días, aunque salió avante por la falta de una mayoría calificada. Sin embargo, en junio de 2021 se logró establecer un comité selecto que se encargara de conducir una investigación más detallada.

Una de las atribuciones más subestimadas del legislativo estadounidense es el poder de vigilancia, la supervisión de otras ramas de Gobierno y la investigación de cualquier tema relevante en el espacio público. Esto permitió que se pudiera establecer el llamado “Comité Selecto de la Casa de los Estados Unidos sobre el ataque del 6 de enero”, mismo que desde su origen fue conflictivo, pues se pretendía establecer un comité bipartidista; sin embargo, la líder de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, no aceptó las nominaciones republicanas al considerar que dañarían la integridad de la investigación, al tratarse de personajes cercanos a Trump.

Según el propio comité, se han entrevistado a más de mil testigos y se han revisado 250 mil grabaciones. Aseguran que hay suficiente evidencia de que el ataque no fue improvisado y que cuentan con pruebas sólidas para poder levantar cargos en contra de Trump y sus aliados.

Actualmente se están llevando a cabo las audiencias públicas del comité. Ya hemos visto al asesor de Trump, Rudolph Giuliani, comparecer durante más de nueve horas, se presentaron videos del congresista republicano Barry Loudermilk dando un tour por accesos y escaleras del capitolio una tarde antes, se han desclasificado comunicaciones para presionar a los jueces de la Suprema Corte de que la insurrección era un aliciente para que intervinieran en la revisión de la elección, se han hecho públicas las presiones al expresidente Mike Pence (simultáneamente presidente del Senado) para interrumpir la sesión y abandonar el capitolio.

En los siguientes días seguiremos escuchando los principales hallazgos que se harán públicos sobre la investigación del comité. Aquí la pregunta clave es ¿será esta evidencia suficiente para asestar un golpe letal al trumpismo?

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