A horas de que el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugure la refinería Olmeca, cuadrillas de trabajadores dan los últimos detalles de pintura, resanado y jardinería en la entrada frontal del recinto, ubicado en Paraíso, Tabasco.
Mientras que, a casi tres kilómetros de distancia, en la barda perimetral que delimita el predio de la refinería Olmeca, hay otra entrada que es un hervidero de camiones.
Entre una nube de polvo, como señal de que el trabajo de obra civil continúa, está la parte de atrás de Dos Bocas, en la que se encuentran unos de los equipos medulares para iniciar con la operación de la refinería: los tanques de almacenamiento de crudo, desde donde arrancará el proceso de refinación.
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De acuerdo con empleados que laboran en ese lugar, donde la playa converge con la refinería, y al que los marinos impiden el paso, los colosales tanques fueron montados, probados y conectados a un sistema de ductos internos que transportarán el crudo a otro proceso del refinado.
Sin embargo, las pruebas solo se limitaron verificar que sirviera el sistema de enfriamiento, una especie de diamante gigante que corona el tanque.
Los trabajadores desconocen cuándo esos tanques podrán almacenar crudo, pero indican que es parte de la refinería está a 80% de su terminación, pues aún falta poner pisos especiales dentro de los tanques y en sus alrededores y obra civil.
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El predio de la refinería termina en la playa, conocida como Puerto Ceiba, donde no hay ductos para que salga el combustible refinado ni tampoco en otros puntos de la obra. Los trabajadores señalan que dentro de Dos Bocas si hay un sistema interno de ductos, el cual ya fue instalado y la espera de iniciar pruebas.
Hasta hoy por la tarde, señalaron, no habían recibido ninguna instrucción de faltar a su trabajo mañana, cuando el Presidente inaugure la obra, por lo que seguirá el proceso de construcción de forma normal.
KA