Contra la crisis migrante en la frontera sur de Estados Unidos no han servido los tonos conciliatorios del gobierno de Joe Biden, la cancelación del plan de construcción de más muro fronterizo, cumbres o giras regionales.
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Incluso el intento de derogar el llamado Título 42 ha fracasado, y la Oficina de Aduanas aún regresa a los solicitantes de asilo por motivos de seguridad sanitaria. El demócrata intentó eliminar la medida, creada por Donald Trump en plena pandemia por coronavirus, pero un juez federal de Luisiana bloqueó la suspensión de esta norma, que ha permitido la expulsión fast track de dos millones de migrantes en dos años.
Cuando llegó a la Casa Blanca (y desde su campaña), el presidente calificó las políticas de su antecesor como “inmorales, una vergüenza nacional”, se colocó en el polo opuesto tan marcadamente que luego tuvo que bajar el tono a su afabilidad y repetir en sus discursos: “No vengan”.
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Pero era demasiado tarde, y el efecto ya se comenzaba a sentir. En 2021 se rompieron récords en materia de detenciones fronterizas, el último en julio, con 212 mil personas registradas: “cifra sin precedentes”, declaró el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
El flujo no se ha detenido. El mismo funcionario prevé que, una vez derogado el Título 42, la presión en la frontera sur se eleve hasta 300 por ciento, es decir que cada día intenten cruzar 18 mil personas.
Si bien durante esta administración no se han visto las escenas de los menores separados de sus padres esperando por semanas en jaulas en los centros de detención de Texas, la prueba de que el paso de personas indocumentados no cesa es la última tragedia de San Antonio, en ese mismo estado, donde 53 personas fallecieron tras permanecer encerrados en un tráiler.
Human Rights Watch dio a conocer este mes que los migrantes que entran en territorio mexicano por la frontera sur sufren abusos por las medidas adoptadas por México y Washington para impedirles la entrada, que las solicitudes del estatus de refugiado y las detenciones han aumentado drásticamente, y que quienes logran cruzar tienen dificultades para obtener protección, pues se enfrentan a graves abusos y demoras.
La opción de miles aun es migrar
Saben que arriesgan la vida, pero podría ser su última salida. En 2021, México detuvo a 307 mil migrantes, y 130 mil solicitaron el estatus de refugiado, un récord, según la Agencia de Refugiados de la ONU.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos da cuenta de alrededor de 7 mil 500 detenciones de inmigrantes no autorizados por día a lo largo del límite con México, casi cinco veces el promedio de 2014 a 2019. Y el flujo no cesa…
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