La tragedia en San Antonio, Texas, tiene sus causas en la pobreza y la violencia en México y Centroamérica, y en la corrupción de autoridades de los países de origen, tránsito y destino que se llenan los bolsillos de dólares abusando de la desesperación de quienes salen de sus países para buscar un mejor nivel de vida.

Hasta ahora se contabilizan 53 migrantes muertos, al menos 28 de ellos mexicanos, víctimas también de las redes de traficantes de personas que operan con impunidad en Centroamérica, México y Estados Unidos, en donde muy poco se hace para combatirlas y erradicarlas.

El 12 de julio, los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Estados Unidos, Joe Biden, sostendrán una reunión en Washington para hablar y buscar soluciones a las causas –muy bien identificadas– de la migración.

Reuniones bilaterales para tratar el tema han habido en todos los gobiernos. Han fracasado. A pesar de los acuerdos, no hay soluciones.

El origen de la migración radica en las condiciones de pobreza y violencia en México

y Centroamérica. En nuestro país, por ejemplo, en los tres años y medio del Presidente López Obrador se han sumado a la pobreza más de cinco millones de personas.

Esto, aunado a los niveles de violencia en estados como Zacatecas, Guerrero, Michoacán y Guanajuato, incrementa el número de desplazados que buscan lugares seguros. Huyen de los enfrentamientos, cobro de piso y extorsión de los narcotraficantes, seres humanos violentos que cuentan con la complacencia de Palacio Nacional.

López Obrador celebra que cada vez llegan más remesas, pero soslaya que eso no es un logro de su Gobierno, es un fracaso. Cada vez más personas emigran en busca de un futuro donde la pobreza y la violencia no sea su destino, y ponen en riesgo sus vidas cruzando la frontera de manera ilegal.

El tráfico de personas es muy lucrativo. De acuerdo con la experta en migración, Eunice Rendón, deja ganancias por 150 mil millones de dólares anuales.

El fracaso de la política migratoria debe apresurar a los países a concretar acuerdos dirigidos al problema de manera integral, atendiendo las causas y terminando con la impunidad de quienes sin escrúpulos ponen en riesgo la vida de miles de personas.

A ver si López Obrador y Biden se atreven a ir más allá de las palabras.

Directo. Regresa César Yáñez. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, lo nombró subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos. Yáñez tendrá otro encargo, consolidar la imagen del aspirante presidencial, cosa que sigilosamente venía haciendo desde hace algunos meses.

Indirecto. ¡Vaya ocurrencia la de Alejandro Moreno! El dirigente del PRI pretende que en todos los hogares mexicanos haya un arma, lo que se traduciría en más crímenes. Ya lo batearon los perredistas Luis Espinoza Cházaro y Miguel Ángel Mancera, pero, ¿qué opinan sobre esta brillante idea Marko Cortés y Jesús Zambrano?

 

  @maurijua