La rápida alza del dólar desde el inicio de 2022 tiene dos caras para las multinacionales estadounidenses, que buscan limitar las consecuencias del fenómeno.
“El aumento de la inflación mundial y la relativa fortaleza económica de Estados Unidos han endurecido las condiciones financieras, elevando el dólar a máximos de 20 años en términos reales”, de acuerdo con la firma de gestión de activos Natixis.
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Para una empresa de importaciones, la disparada del billete verde frente al euro, el yen o la libra británica es una oportunidad pues los productos que adquiere son más baratos. Pero para una firma estadounidense de exportaciones, los productos entregados en dólares son más caros, con el riesgo de perder clientes. Eso sin contar la pérdida de valor de los ingresos obtenidos en el extranjero cuando estos se convierten en dólares.
Empresas ya han revisado sus proyecciones anuales, siguiendo el ejemplo de Microsoft, que advirtió que su facturación trimestral iba a ser menor en 460 millones de dólares y su beneficio neto sufriría una merma de 250 millones por efecto del tipo de cambio. Adobe, Salesforce, Biogen y Pfizer advirtieron que la rápida subida del dólar al inicio de 2022 tendría un impacto más importante que el esperado en sus balances.
Lógicamente, las firmas más expuestas son las que reciben la mayor parte de sus ingresos fuera de Estados Unidos, comenzando por gigantes de la tecnología, fabricantes de equipos médicos y las compañías de servicios, según Kyriba, una plataforma de gestión de liquidez en las empresas.
La fuerte remontada de las tasas de interés decidida por la Fed para combatir la inflación, combinada con el flujo de inversionistas hacia Estados Unidos en busca de colocaciones seguras en tiempos inciertos, terminó por impulsar el dólar. El billete verde ganó 13% frente al euro en los últimos 12 meses, aproximándose así a la paridad con la moneda europea, y con respecto al yen el precio del dólar ganó 22%.
“En el corto plazo, es una buena noticia para Estados Unidos pues esto hace que las importaciones sean menos caras, y por tanto puede frenar la inflación”, destacó Desmond Lachman, del centro de pensamiento Instituto de la Empresa estadounidense.
A mediano plazo, el efecto sobre la economía estadounidense es más sombrío porque si las exportaciones se hunden “esto aumentará el déficit comercial de Estados Unidos“. Pero las multinacionales “no tienen realmente el control” sobre estos elementos, explicó el experto.
Sin embargo, las organizaciones pueden atenuar el impacto de las fluctuaciones de divisas extranjeras en las que establecen sus precios y sus facturas, adoptando instrumentos financieros de cobertura. La mayoría de las multinacionales adoptan estos mecanismos para tratar de predecir la evolución de las cotizaciones, explicó Bob Stark, de Kyriba.
Con información de AFP
LEG