Con lo que han costado un par de esos conciertos del Zócalo de la Ciudad de México se le pudo haber dado un muy buen mantenimiento al sistema eléctrico de la Línea 2 del Metro que ayer colapsó.
Y si se trató de un robo de componentes lo que provocó el caos en ese sistema de transporte colectivo, había bastado con el costo de pintar algunas bardas con mensajes de apoyo a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para pagar más policías que vigilen esas estaciones estratégicas y evitar supuestos sabotajes.
La infraestructura de la Ciudad de México se está haciendo vieja y no recibe el mantenimiento adecuado.
El Metro, que ha sido la mejor inversión que ha tenido esta ciudad, lo deja ver con más claridad por su complejidad y por su tamaño.
La Ciudad de México ha sido víctima del populismo y de las ambiciones políticas que privilegian el uso de los recursos públicos en la rentabilidad electoral que en su mantenimiento y mejoría estructural.
Y al mismo tiempo, no se actualizan las tarifas para el uso adecuado del transporte, para no hacer enojar a los electores.
Pero no hay sorpresa en ello, es el modelo que impuso el entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador y que se mantiene hasta hoy. Obras de relumbrón, como los segundos pisos de Periférico y un enorme gasto en programas asistencialistas que generan dependencia social del presupuesto público.
Y lo que son las cosas, se vincula más a López Obrador con la construcción de los segundos pisos, cuando quien más infraestructura desarrolló para la ciudad en estos tiempos fue Marcelo Ebrard.
Solo que ese gusanito del populismo lo hizo ceder en un cambio de trazo original de esa línea del Metro al oriente de la ciudad y ahí empezaron los problemas.
Pero la ciudad se hace vieja y no se invierte lo suficiente en ella. Lo mismo ocurre con el sistema de aguas, cuyas tuberías no se sustituyen y tenemos fugas de todos los tamaños literalmente todos los días.
La flora de la ciudad tampoco recibe el mantenimiento adecuado y tenemos constantes caídas de árboles en las partes más antiguas de la ciudad. Pero qué esperar cuando no fueron capaces ni siquiera de cuidar la icónica palma de Reforma.
La carpeta asfáltica de las vías primarias está en mal estado en muchas de las avenidas principales de la ciudad, pero nada que ver con la condición de las calles que están a cargo de no pocas alcaldías, destaca sin duda Cuauhtémoc, pero todo forma parte de la misma CDMX.
Durante varias semanas el Gobierno capitalino ha promocionado hasta el cansancio el gran “enchulamiento” de la Línea 1 del Metro, que será la gran obra sexenal en ese sistema de transporte, además de reconstruir la zona de desastre de la Línea 12, donde murieron 26 personas.
Y en esa promoción andaban cuando la Línea 2 y sus 52 años levantaron la mano para recordar a las autoridades que una ciudad en la que no se invierte, sufre esa clase de tragedias y desperfectos.
@campossuarez