El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), estimó que ante la actual situación financiera que enfrenta, podrá contar con los recursos suficientes “para hacer frente a sus gastos hasta 2035, considerando el uso de sus reservas.”
En el Informe sobre la Situación Financiera y Actuarial 2021-2022 que remitió el IMSS a la Comisión Permanente, se prevé el uso de las reservas en 2036, pero estima que su saldo no será suficiente para solventar los egresos esperados durante el ejercicio, por lo que a partir de ese año, se anticipa que el Instituto registrará déficits financieros.
El documento revela que, entre los riesgos más relevantes que afectan su sostenibilidad presente y futura se encuentran la transición demográfica y epidemiológica, que implica que el Instituto atienda padecimientos cada vez más complejos y costosos de orden crónico degenerativo, y el crecimiento previsto de la nómina asociada al Régimen de Jubilaciones y Pensiones.
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En el caso de la atención a casos de invalidez o muerte de los trabajadores, el Seguro Social, destaca como riesgos los riesgos la posibilidad de un encarecimiento de las rentas vitalicias, así como una disminución en el número de personas aseguradas que cuentan con saldo en su Subcuenta de Vivienda al momento de tener derecho a una pensión por invalidez o al momento del fallecimiento.
Destaca el cambio en las necesidades de atención médica por parte de la población derechohabiente derivado de los fenómenos de transición demográfica y epidemiológica, lo cual repercute en la demanda de servicios de salud.
Además, señala que, la pandemia ha significado un importante impacto en las finanzas institucionales derivado del incremento en la demanda de servicios médicos y hospitalarios relacionados con la atención de Covid-19, así como de las prestaciones económicas de las personas trabajadoras contagiadas y afectadas por la enfermedad, “por lo que el Instituto ha incurrido en erogaciones extraordinarias”.
No obstante, estas fueron atendidas con cargo al presupuesto autorizado, mediante la reorientación de recursos, procurando el equilibrio financiero que permitiera garantizar el cumplimiento de las obligaciones que establece la Ley del Seguro Social (LSS).
El informe, da cuenta que el aumento en la presencia de las enfermedades crónico degenerativas en la población derechohabiente del IMSS tiene consecuencias, como un elevado número de personas enfermas de forma simultánea, con tendencia a desarrollar complicaciones que deterioran su estado físico, comprometiendo funciones vitales, lo que incrementa la frecuencia de uso de servicios.
Además, para su control, surge la necesidad de tratamientos permanentes o de larga duración, con niveles de dificultad de atención médica cada vez mayores, aunado al costo creciente de los servicios de salud, así como una mayor mortalidad de la población y una incidencia de incapacidad prematura.
El IMSS reconoce que la atención de las enfermedades crónicas no transmisibles genera un importante impacto en las finanzas institucionales debido a su alta demanda de servicios en consulta externa, consulta de especialidades, urgencias y hospitalización, y advierte que esta situación puede agravarse si se mantiene la tendencia creciente en sus tasas de incidencia y prevalencia.
Revela que la diabetes mellitus y la hipertensión arterial se han posicionado como la principal causa de gasto médico para el Instituto desde hace más de una década.
De esa manera, en 2021 el número de pacientes atendidos por diabetes mellitus, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica fue de 3.1 millones, 4.8 millones y 66 mil, respectivamente.
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En total, estás tres enfermedades acumularon 7.9 millones de pacientes, cifra equivalente a 13.3 por ciento de la población adscrita a Unidades de Medicina Familiar.
“El gasto médico para 2021, derivado de la atención de estas tres enfermedades, se estima en 94 mil 547 millones de pesos, del cual se asocia 47 por ciento (44 mil 841 millones de pesos) a la diabetes mellitus, 35 por ciento (33 mil 403 millones de pesos) a la hipertensión arterial y 17 por ciento (16 mil 304 millones de pesos) a la insuficiencia renal crónica. La suma del gasto de estos padecimientos significa uno de cada cuatro pesos que se recaudaron para el Seguro de Enfermedades y Maternidad en 2021.
GR