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Foto: Cuartoscuro / archivo / Quienes este viernes acudan a su trabajo o escuela en esa ruta del Metro, se encontrarán el lunes con el tramo de Salto del Agua a Pantitlán cerrado durante los próximos ocho meses  

A pocos días de que arranque la remodelación total de la Línea 1 del Metro, habitantes de la Ciudad de México contienen la respiración, emocionados y a la expectativa, antes de sumergirse de lleno en lo que será uno de los grandes retos de infraestructura y movilidad para la actual administración capitalina… Una obra que nos acerca a la ciudad del futuro.

Muchos de los que crecimos en esta urbe nunca esperamos escuchar que, algún día, cerrarían la línea rosa para renovarla totalmente; tan acostumbrados estábamos a la compra de nuevos trenes, a una reparación por aquí, a una remodelación superficial por acá…

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Pero quienes este viernes acudan a su trabajo o escuela en esa ruta del Metro, se encontrarán el lunes con el tramo de Salto del Agua a Pantitlán cerrado durante los próximos ocho meses, y los afectados tendrán que abordar un autobús de la RTP o buscar otra forma de llegar a sus destinos.

La recompensa llegará, en una primera etapa, en marzo de 2023, cuando la ciudadanía estrene una nueva Línea 1, que pasará de ser la más antigua de la ciudad (inaugurada en 1969) a la más moderna de un solo golpe.

Mientras las horas nos acercan a una nueva era de movilidad para la urbe, por las noches, en ciertas zonas como el Mercado de Sonora, todavía pueden verse las chispas de las soldaduras en los parabuses provisionales, que se construyen para sustituir a las estaciones de la línea.

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En avenidas como Zaragoza ya circulan unidades de la RTP, probando las rutas para transportar a las miles de personas que dejarán de usar el Metro.

Y en las propias vialidades se han hecho adaptaciones para facilitar el paso de los convoyes de autobuses, que reemplazarán a los convoyes naranjas que corren bajo tierra.

Sin embargo, en esta urbe donde ya se invierte en teleféricos y viaductos elevados exclusivos para transporte público, no solo la movilidad nos acerca al futuro.

En nuestra ciudad se construyen universidades públicas, para garantizar que los jóvenes tengan derecho a la educación superior; se lleva Internet gratuito a unidades habitacionales, estaciones de transporte y escuelas, para que todos tengan la oportunidad de acceder a la red en plena Era Digital.

Se garantizan los derechos sexuales, reproductivos y de género, buscando que la ciudad y sus habitantes cada vez sean más incluyentes y tolerantes; y se remodelan o construyen nuevos parques y áreas verdes, que mejoran la imagen urbana y el medio ambiente… Y la lista sigue.

El Metro es las arterias de la CDMX, pero el corazón somos las personas que la habitamos; por ello, estas acciones y derechos nos acercan a la ciudad que queremos para el futuro: educada, ordenada y próspera.
Nuestra ciudad del futuro.

LEG