El viernes pasado Moody´s bajó la calificación crediticia de México argumentando que la actividad económica del país se verá afectada por “débiles perspectivas de inversión”. Disminuyó de Baa1 a Baa2 con perspectiva estable. Está a un nivel del límite de “grado de inversión”, por lo que se vuelve una decisión de “alerta” para el gobierno.
La decisión está asociada a tendencias económicas y fiscales que, prevén, se seguirán mermando de manera gradual, pero persistente.
“Moody’s espera que la actividad económica continúe siendo afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que impedirán revertir el impacto que la pandemia tuvo sobre la actividad económica, llevando a que haya una brecha persistente entre el nivel del PIB proyectado para los próximos años y el que hubiera tenido lugar si se hubiera mantenido la tendencia histórica anterior a la pandemia”.
EU: preocupa clima de inversión en México
A escasos días de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, se reunió con la representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, en Vancouver, Canadá, donde ambas participaron en la segunda reunión de la Comisión de Libre Comercio del T-MEC.
Posterior al encuentro que fue el jueves por la noche, la oficina de la embajadora Tai emitió un comunicado muy duro, donde se enfatiza que la representante estadounidense planteó las preocupaciones actuales sobre el clima de inversión en México, incluidas las políticas energéticas, que continúan amenazando la inversión estadounidense y dañando los esfuerzos de México para abordar el cambio climático. Tal cual.
Y no sólo eso. Manifestó su inconformidad por el trato de México a los inversionistas estadounidenses que afectan importantes operaciones de manufactura en el sureste de la Unión Americana -léase Texas-, y la importancia de prácticas regulatorias sólidas y transparentes para productos biotecnológicos agrícolas en México.
Desarrollo histórico
Todo indica que Sinaloa, gobernado por Rubén Rocha, se encuentra a unos cuantos pasos de dar luz verde al proyecto más importante en la historia del estado. Se trata de una planta de fertilizantes con tecnología de punta que, además de erigirse como un alivio para el campo mexicano, representa una inversión con 5 mil 500 millones de dólares con el visto bueno del Estado alemán, será generador de empleos, desarrollo regional, y la primera colocación de una industria de su tipo en el Pacífico.
Lo comento porque este fin de semana (9 y 10 de julio) se convocó a la consulta indígena, último proceso por el que pasará Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), antes que se decida si se construye o no la planta que ya obtuvo 75.6% de aprobación en la consulta ciudadana de noviembre pasado, aplicada a los habitantes de El Fuerte, Guasave y Ahome.
Así, en el desenlace de este ejercicio ha destacado la priorización del diálogo, confluencia de todas las voces y entrega de propuestas, por lo que este lunes (11 de julio) se esperan resultados favorables para la empresa que dirige en México, Arturo Moya Hurtado, pero que tiene un respaldo de 40 años de experiencia al ser filial de Grupo Proman, firma con presencia global mediante la operación de 20 plantas especializadas en territorios como Trinidad y Tobago, Suiza, Alemania y Portugal.
@1ahuerta