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Foto: Gabriela Esquivel / En la Ciudad de México se vivió un caos, pero un caos controlado y mitigado por la organización de las autoridades y la flema de los policías locales  

No hay plazo que no se cumpla, y este 11 de julio llegó demasiado pronto para todos los que usan la Línea 1 del Metro, que ayer cerró de Salto del Agua a Pantitlán por una remodelación total que tomará ocho meses.

Y ayer, en la Ciudad de México se vivió un caos, pero un caos controlado y mitigado por la organización de las autoridades y la flema de los policías locales.

Pues en la ruta desde Pantitlán a Balderas, que pasa por Zaragoza, Fray Servando y Dr. Río de la Loza, fue necesario mantener despejados los carriles confinados para la Red de Transporte de Pasajeros; en otros puntos, unos cortes viales, para facilitar el paso de las unidades concesionadas.

Mientras que en todas las estaciones de la Línea 1, convertidas en parabuses de la RTP, que sustituyó el servicio del Metro, un ejército de funcionarios locales y federales mantuvo el orden al abordar y descender de los autobuses.

Automovilistas, peatones, usuarios de transporte, funcionarios y policías vivieron el primer día de lo que será el reto de movilidad de este año, pues para marzo de 2023 arrancará la segunda etapa de la remodelación de la Línea, de Balderas a Observatorio… Y comenzará un nuevo reto.

 

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