Los manifestantes antigubernamentales de Sri Lanka desafiaron gases lacrimógenos, cañones de agua y el estado de emergencia decretado por el recién nombrado primer ministro Ranil Wickremesinghe.
El nuevo mandatario tomó el cargo ayer, tras la huida del país horas antes del presidente Gotabaya Rajapaksa.
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El nombramiento parecía que calmaría los ánimos en el país asiático. Sin embargo, las manifestaciones no solo se reavivaron, sino que se intensificaron.
Desde hace varios meses hay inconformidad y protestas por la grave crisis económica y el desabasto que vive la nación.
Ayer, las protestas eran afuera del palacio de gobierno con la consiga: “Váyase a su casa Ranil, váyase a su casa Gota”.
Un grupo de hombres y mujeres rompió la barrera impuesta por los militares y penetraron en el despacho del primer ministro agitando banderas del país, señalaron testigos.
Los gases lacrimógenos y los cañones de agua usados por la policía, así como la declaraciones del estado de emergencia y de un toque de queda indeterminado en la provincia occidental del país, donde está Colombo, no consiguieron dispersar a la multitud.
Uno de los participantes en las protestas murió asfixiado por los gases lacrimógenos, según la policía.
Los manifestantes irrumpieron también en la sede de la televisión pública de Sri Lanka y aparecieron brevemente en emisiones al aire, según imágenes de esa cadena.
Wickremesinghe, nombrado presidente interino, pidió al ejército y a la policía “que hagan lo necesario para restablecer el orden” en una declaración televisada.
Los manifestantes “quieren impedir que cumpla con mis responsabilidades como presidente en funciones. No podemos permitir que los fascistas tomen el control”, señaló.
La Constitución prevé, en caso de renuncia del presidente, que el primer ministro asuma ese cargo de manera interina hasta la elección por parte del Parlamento de un diputado que ejercerá el poder hasta el final del mandato en curso, en noviembre de 2024.
Las escenas recuerdan a las del sábado, cuando una multitud invadió el palacio presidencial, precipitando la huida del mandatario Rajapaksa, quien salió en avión a la vecina Maldivas la madrugada del miércoles.
Caos y manifestaciones
-En su huida, el presidente esrilanqués dejó atrás un maletín lleno de documentos y con 17,85 millones de rupias (49.000 euros), que ahora están bajo custodia de las autoridades.
-”La gente está muy contenta, porque esas personas robaron a nuestro país”, explicó Kingsley Samarakoon, un empleado público jubilado de 74 años.
Sri Lanka declaró una moratoria de su deuda por 51.000 millones de dólares en abril y está en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un préstamo.
LEG