El Banco Central Europeo (BCE) subirá el jueves sus tasas de interés por primera vez en 11 años, un plan con el que busca hacer frente a una imparable inflación que en junio marcó un nuevo récord a 8.6% anual.
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Anunciado en junio, el programa consiste en el aumento de sus tipos en 25 puntos base a fin de reducir la base monetaria en circulación. El BCE, presidido por Christine Lagarde, lleva meses preparando el fin del dinero barato que ayudó a la economía de la región a superar las crisis de los últimos años.
La institución monetaria se sumará así a otros bancos centrales del mundo, como la Fed, que desde hace meses se muestran mucho más activos en la lucha contra el alza de precios, pero el próximo aumento de tasas tendrá repercusiones para actores económicos de los 19 países que usan el euro.
Un freno para los prestatarios
Los bancos comerciales obtienen su liquidez o dinero del BCE. Al subir su tasa de refinanciamiento, una de sus tres tasas clave, el banco central cobrará más por esa liquidez. Y a causa del efecto dominó, los bancos trasladarán esas alzas a sus clientes.
La compra de una vivienda será más complicada: la subida de precios de inmuebles, que ya se nota desde hace varios meses, debería continuar.
Las empresas, que han tenido un fácil acceso al crédito en los últimos años, también deberían verse afectadas. Los bancos podrían rechazar por ejemplo los préstamos a proyectos arriesgados.
Sin embargo, los costos del financiamiento inmobiliario solo dependen en parte de las tasas de interés del BCE, porque están determinados por la oferta y la demanda o la solvencia del prestatario, apuntó Andreas Lipkow, analista de Comdirect.
Beneficios para ahorradores
Desde hace ocho años, el BCE aplica una tasa de interés negativa de 0.5% con la que no paga rentabilidad a los bancos cuando depositan el dinero en sus arcas, y por el contrario, las entidades financieras que quieren mantener los recursos depositados deben pagar intereses. Con esta herramienta, la entidad central buscó que el dinero fluyera a través de préstamos para que la gente comprara, invirtiera o prestara y estimular así la actividad económica y llevar la tasa de inflación al 2%, de acuerdo con su mandato.
El resultado fue que muchos prestamistas trasladaron ese pago a sus clientes en forma de “comisión de custodia” si el saldo de sus cuentas corrientes superaba una determinada cantidad. Ahora este cargo adicional desaparecerá.
Malas noticias para Estados endeudados
Al igual que los prestatarios y las empresas, los gobiernos que se financian en los mercados saldrán perdiendo. Tras años de tasas de interés cero o negativas, la carga de la deuda aumentará, reduciendo el margen de maniobra presupuestario de los gobiernos, justo en un momento en que las medidas de apoyo al poder adquisitivo les cuestan miles de millones de euros.
Precaución para inversores
Durante años, los mercados de valores se han beneficiado de las bajas tasas y de la llegada de dinero de los principales bancos centrales. Frente a los bajos rendimientos de la deuda pública, los inversionistas fueron a buscar activos de riesgo, especialmente en la renta variable, y los mercados bursátiles se dispararon.
En las últimas semanas las bolsas mundiales se desplomaron a medida que los bancos centrales endurecían su control sobre la inflación.
Con información de AFP
LEG