Son las seis de la mañana, aún falta una hora para que el Medio Maratón de la Ciudad de México arranque, pero el murmullo de las pisadas sobre el asfalto se hicieron presentes cuando los atletas comenzaron a llegar a las inmediaciones de la Torre del Caballito, donde daría comienzo esta justa.
Una hora después exactamente, el disparo sonaría y cada zancada hizo retumbar el suelo de la capital en un solo latido.
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Primero salieron los corredores con capacidades diferentes, porque carecer de movilidad o visión no es impedimento para ponerse nuevos retos; después, en un segundo disparo, los demás atletas comenzaron a trazar el camino que para muchos sería su gran prueba.
El recorrido inició por Paseo de la Reforma, pasando Campo Marte, y los participantes darían regreso para volver sobre sus pasos y entrar al bosque de Chapultepec.
Tras un recorrido entre el olor de tierra mojada y rocío, se reincorporaron a la avenida en donde dieron comienzo para coronarse en los pies de la victoria alada, el Ángel de la Independencia.
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En números, la carrera constó de 21 kilómetros, tres horas para completarla, dos ramas, 10 categorías, 25 mil participantes y tres ganadores absolutos… con 50 mil pesos para el primer puesto, un promedio de 25 mil pesos según los podómetros y una sola meta.
Lo único no cuantificable fueron los sueños puestos en la pista, que servían de motor para impulsar los cuerpos cuando los músculos se tensaron y no podían más; cuando el sudor era más abundante que la energía y el cuerpo parecía llegar a su límite, de aquí salieron otras fuerzas.
Porque esta competencia no es con el que va al otro lado del hombro, es con uno mismo, con la versión anterior que corrió unos metros menos, quien lo hizo en un tiempo mayor. Porque para muchos este reto personal de cruzar la meta es tan dulce como la presea dorada de quien llegó primero.
Como fue el caso de Citlali Ramírez, una bombera capitalina, quien decidió correr con su equipo a cuestas, y cargando nueve kilos extra se aventuró a sortear este reto aún sabiendo lo duro que sería y que probablemente haría un tiempo mayor.
Para Citlali, esta era una barrera que debía brincar para prepararse mejor, para demostrar que también “las bomberas no solo estamos para servir, sino que podemos estar presentes en estos eventos de alto rendimiento”, confesó.
FRASES:
“Sentir a la gente apoyando a todos es una inspiración que no se puede explicar. Simplemente te hace avanzar más”
Jazmín, corredora.
“Las bomberas no solo estamos para servir, sino que podemos estar presentes en estos eventos de alto rendimiento”
Citlali Ramírez
elemento del Heroico Cuerpo de Bomberos
LEG