José Ureña
 

La diferencia de trato es marcada.

Los gobernadores electos del partido de Estado han sido reconocidos, arropados y hasta les encaminan algunos programas para sus estados.

Sus nombres: Julio Menchaca (Hidalgo), Salomón Jara (Oaxaca), Mara Lezama (Quintana Roo) y Américo Villarreal (Tamaulipas).

Inclusive ha habido actos públicos organizados desde Presidencia de la República, como la invitación a Mara Lezama para conocer distintos proyectos en ese estado caribeño.

No hablamos de minucias.

Ahí se construye el Tren Maya contra ley y marea y el gobernador saliente Carlos Joaquín ha empujado muchos proyectos arropados por la administración federal.

La beneficiaria será precisamente la morenista con el lucimiento de inversiones superiores a diez mil millones de pesos en boulevares, puentes y distribuidores viales para modernizar la entidad.

Esta información no es una crítica a Mara, pues es cuanto debe hacerse en un país de democracia, instituciones y coordinación entre los distintos niveles gubernativos.

TERE Y ESTEBAN

Lo raro son los distingos.

Los dos gobernadores triunfantes de oposición, ambos de la alianza PRI-PAN-PRD, no pueden presumir el mismo trato privilegiado.

Son menos mediáticos:

Tere Jiménez, de Aguascalientes y recién casada con un panista polémico, no ha sido convocada a la capital por el grupo gobernante.

No debe tener problema durante la transición, pues logró conciliar diferencias con su correligionario Martín Orozco y de él recibirá el cargo en armonía.

Y Esteban Villegas, priista cuyo carisma le permitió superar al aparato de Estado en Durango, todavía guarda sus planes de coordinación.

También tendrá un relevo de terciopelo, dado el oficio del expriista y ahora panista José Rosas Aispuro, cuyo Gobierno fue avalado en las urnas por los electores.

La buena imagen de Rosas Aispuro se corrobora con otro dato: su prima hermana Araceli Aispuro ganó con holgura la alcaldía de Poanas, donde tuvo en campaña a la dirigente tricolor bajacaliforniana Guadalupe Gutiérrez Fregoso.

Dos opositores de magnífica imagen ante la ciudadanía de sus respectivos estados, pero todavía sin trato formal con un Gobierno central cotidianamente autodenominado democrático.

MURAT SONRÍE

A Alejandro Murat le sonríe el presente y el futuro.

Por una parte, revivió las festividades de La Guelaguetza con gran afluencia nacional e internacional, alta derrama y sin incidentes de inseguridad.

Un buen dato para sellar obras en marcha como el Tren Interoceánico, la autopista a Puerto Escondido y el mayor producto interno de Oaxaca según el Inegi.

Pero vienen más cosas para Murat.

Antes de dejar el Gobierno oaxaqueño, este mes de agosto, recibirá la rediviva Conago, hoy presidida a cargo de Omar Fayad.

Murat aprovechará la posición para recorrer la República para impulsar acciones de coordinación y promoverse como aspirante a la Presidencia.

Y 2.- Alfredo Ramírez Bedolla presentó el Plan Estatal de Desarrollo y girará en impulso al sector primario, al turismo y la innovación tecnológica a partir.

Lo redactó Mauricio Vargas, coordinador de Planeación, quien plantea mejor uso del puerto de Lázaro Cárdenas y mecanismos de medición en tiempo real.

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