Por evitar los gasolinazos, las arcas del país dejaron de recibir 134 mil millones de pesos, en el primer semestre de 2022; y no solo eso, además el Gobierno federal tuvo que poner de su bolsa un subsidio de 22 mil millones de pesos, según el reciente informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del periodo enero-junio.
De acuerdo con el reporte financiero, la baja de recursos obedece al comparar con lo ingresado a las arcas federales en el mismo periodo de 2021 por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los combustibles.
En los primeros seis meses de 2021, la Federación captó 134 mil 597 millones de pesos por concepto de gravamen de diésel y gasolinas.
En contraste, en el lapso de enero-junio de este año no solo se perdieron esos recursos, sino que el país presenta un saldo negativo de 22 mil 55 millones de pesos; es decir, recursos que deberán ser subsidiados.
En promedio, en pérdidas respecto a 2021, cada mes, al corte de junio, México ha dejado de captar 22 mil 432 millones de pesos; en cuanto a saldo negativo, el subsidio ha sido de 3 mil 675 millones de pesos mensuales.
Sin embargo, el Gobierno ya avizoraba el panorama negativo respecto a la caída de ingresos por la venta de gasolina, ya que, en marzo pasado, la titular del Sistema de Administración Tributario (SAT), Raquel Buenrostro, informó que se esperaban ingresos superiores a los 400 mil millones de pesos por ese rubro, pero, de continuar la cancelación del IEPS, podría registrarse una captación menor o en ceros.
Comparado con otros impuestos, el de gasolinas y diésel es el único que presenta una caída, pues los demás tienen saldo a favor; por ejemplo, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) presenta un aumento de 16.1%, y el del Valor Agregado (IVA), 3.4%.
Debido a que los ingresos por IEPS de combustibles es negativo, en el informe no se incluye la variación porcentual, pues no se registran entradas de dinero por ese gravamen.
ADVIERTE IMCO RETROCESO
Al respecto, un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que, debido a los subsidios de la Federación para evitar los gasolinazos, el país está en un escenario como el de 2012, durante el sexenio de Felipe Calderón, cuando la gasolina y el diésel eran subsidiados en su totalidad, por lo que significaban un cargo al erario y no una recaudación que pudiera invertirse en otros ramos.
Por lo tanto, el Gobierno federal tuvo que ajustar sus finanzas para enviar a las entidades los montos que les corresponden por IEPS.
Por otra parte, el subsecretario Gabriel Yorio, el viernes pasado, señaló que la baja en ingresos por dejar de cobrar ese gravamen no se traduciría en una reducción presupuestal a obras, programas y estados.
Los ingresos del gravamen a gasolina y diésel se distribuyen en dos partes: una va para los estados del país, a través de las Participaciones; y otra a la administración federal, que la transfiere a obras y programas.
Al respecto, el subsecretario de Hacienda indicó que la pérdida de ingresos por dejar de cobrar el impuesto a combustible no ha representado recortes al gasto, ya que se ha compensado con los excedentes del precio del barril del petróleo, el cual, explico calculaban su cotización anual en 55 dólares y, a la fecha, se encuentra en 93 dólares.
Por lo que los recursos extras de la venta de petróleo, dijo, se han destinado a evitar los gasolinazos, pues según el funcionario federal, sin esa estrategia, el precio promedio de la gasolina en el país ya hubiera alcanzado los 35 pesos por litro.
LEG