Banderas, ayuno y grandes peregrinaciones también forman parte del Ashura, la fiesta más importante del calendario musulmán, particularmente para los chiítas, en la que los creyentes conmemoran la violenta muerte del imam Husein, nieto del profeta Mahoma y considerado su sucesor legítimo.
Según la tradición, el Ashura se celebra el décimo día del Muharram, primer mes del calendario islámico; los participantes también preparan el platillo tradicional, un tipo de sopa dulce hecha de garbanzo, azúcar, trigo, granada, uva, nuez y canela, entre otros ingredientes, pues varía dependiendo de la región en la que sea preparado, representando la diversidad humana.
Rechazados por otros grupos musulmanes, los chiítas también se han convertido en objeto de atentados que se dan durante la conmemoración de su festividad principal.
En 2016, atentados del Estado Islámico dejaron más de 30 muertos afganos; en 2012, un ataque contra la mezquita de Murad Jani dejó 80 muertos y 160 heridos; y en 2004, más de 170 murieron en una serie de agresiones en Bagdad y Kerbala.
Mientras se afinan los preparativos para la conmemoración de este año, las autoridades en Irán ya capturaron a 10 sospechosos del EI que presuntamente planeaban ataques dentro del marco de las festividades.
LEG