Lleno de historia e identidad, el equipo de béisbol Diablos Rojos del México busca llevar al aficionado y al público en general más allá del deporte y adentrarse a todo un mundo de arte en el que con ayuda del béisbol retrata su origen, su trayectoria y sus metas a cumplir en este deporte.
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Fundado en 1940 y perteneciente a la Liga Mexicana de Béisbol, el equipo Diablos Rojos siempre había anhelado una sede oficial para sus partidos pues desde su origen estuvieron rentando estadios para participar en las competencias.
Es entonces que el empresario mexicano Alfredo Harp Helú en 2010 anunció la construcción de un nuevo estadio de béisbol centrado en brindarle a la institución y a los aficionados de los Diablos Rojos del México una casa permanente a la altura del equipo más ganador en la historia del rey de los deportes.
Cumpliendo así no solo el sueño de tener un estadio propio para los Diablos, sino también consumiendo una promesa por amor a México y a su pasión por el béisbol.
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El Estadio Alfredo Harp Helú abrió sus puertas el 23 de marzo de 2019 y desde su concepción hasta su apertura se planteó el recinto no sólo como un espacio deportivo sino también como un lugar de arte y de expresión de la cultura mexicana, lo cual se ve reflejado en diversos murales y piezas artísticas que alberga en su interior.
La expresión artística se percibe desde la entrada del recinto pues la reja que circunda el estadio es una obra creada por el maestro Francisco Toledo a petición del dueño de los Diablos Rojos del México, Alfredo Harp Helú. La reja, que ahora es un sello artístico invaluable dentro del inmueble, es uno de los últimos trabajos realizados por el artista oaxaqueño.
POR AMOR A MÉXICO
Con esta idea de unir el arte y el deporte, el estadio inauguró este 2022 su propio museo llamado “Museo Diablos, una historia incomparable” donde la familia Harp Helú mediante un recorrido hacen que el visitante conozca historia del equipo capitalino y el trabajo de distintos artistas como Francisco Toledo, Adán Paredes, Victori Vásquez entre muchos más.
En 17 mil metros cuadrados que mide el museo y con un total de 14 salas, es donde se exponen las distintas obras y piezas de arte, así como objetos de colección de la Novena Escarlata, mismos que fueron donados por los aficionados o por los Harp.
Dentro de todas las salas se encuentra una que ofrece al visitante una experiencia inmersiva en la que se proyecta un video con parte de la historia del equipo el cual desde su origen ha conquistado 16 campeonatos, el audiovisual se titula Ganar a la Diabla.
Asimismo, los asistentes podrán encontrar una réplica de los vestidores del club, la maqueta donde se muestra la arquitectura del Estadio Alfredo Harp Helú, distintos uniformes del equipo a lo largo de los años y objetos pertenecientes a los grandes ídolos rojos.
En el país existen pocos museos que unen el deporte y el arte, pese a ello, la mayor diferencia de este a otros es que “el museo no se conforma con tener la historia, sino que busca ser el lugar donde los nuevos logros, los nuevos campeonatos y las nuevas historias tengan un lugar”, aseguró en entrevista para 24 HORAS Francisco Ramos, director general del estadio.
“No es necesario esperar un juego para venir al museo, siempre estará con las puertas abiertas para conocer y recibir a afición, no afición, a gente que le guste el arte, a gente que le guste el beisbol y a gente que haya encontrado la riqueza que hay entre el vínculo de arte y deporte cómo se lleva a cabo en el museo”, finalizó Ramos, no sin antes extender una invitación al público en general conocer esta nueva propuesta cultural que se encuentra en la capital del país.
ENTRE EL ARTE Y EL DEPORTE
El recorrido alrededor del Museo de Los Diablos tiene una duración aproximada de 1 hora y su acceso a este recinto.
LEG