Luego de que se encontrarán tres tomas clandestinas de combustible en las alcaldías Iztacalco y Venustiano Carranza próximas a la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) de Petróleos Mexicanos (Pemex) Añil, vecinos aseguran que se sienten inseguros ante la falta de protocolos para su posible evacuación y resguardo ante una posible tragedia.
Y es que en dichas instalaciones de Pemex, ubicadas en la colonia Granjas México, alcaldía Iztacalco, no solo llega gasolina y diésel a través de ductos (que luego se distribuye a través de pipas), sino que se almacena y reparte el Gas Bienestar, para la venta de gas LP a la población, un programa recientemente lanzado por el Gobierno federal.
TE PUEDE INTERESAR: ¡En las narices de Pemex! Hallan tomas clandestinas en TAR Añil
“Estar cerca ya de por sí es un riesgo y hasta la fecha las autoridades no nos han dicho cómo actuar en caso de un incendio, por ejemplo en el tramo que está cerrado (de la calle Añil). Ya de por sí el olor a gasolina es común. O sea ya nos acostumbramos a vivir con él y se les dice a las autoridades, pero ellos no han hecho nada”, dijo la vecina Guadalupe, visiblemente molesta, pues las nuevas tomas clandestinas fueron halladas apenas este martes.
Y es que a pesar de que la titular de la titular de la Secretaría Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC), Myriam Urzúa, dialogó con los vecinos y aseguró que no hay riesgo, muchos recuerdan la tragedia de 2019, cuando una toma clandestina obligó el desalojo de cientos de habitantes y causó heridas en seis trabajdores de Pemex, a los que afectó un flamazo cuando intentaban reparar el ducto dañado.
TE PUEDE INTERESAR: Pemex reserva bitácoras de mantenimiento de TAR Añil
Además, los vecinos cuentan que ya han ocurrido varios incidentes por olor a gas, aunque algunos han terminado en falsa alarma; sin embargo, insisten en que vivir cerca de las instalaciones de Pemex y Gas Bienestar los pone en una situación en la que no sabrían de que manera actuar si ocurriese un incidente mayor.
“Descubrieron las tomas clandestinas, pero y luego, solo nos dicen que no hay riesgos, pero acá todos los vecinos estamos en peligro por vivir cerca de Pemex y Gas Bienestar. No contamos con las medidas, hay olor a gasolina, no hay protocolos en caso de que pase un accidente. Hasta el momento han habido algunas alarmas falsas de las mismas casas nuestras y todos tenemos que correr”, dijo Rosario, otra habitante.
Por su parte, Ricardo, quien ha vivido 25 años en la zona, cuanta que habitar en estas condiciones es siempre estar en alerta, ya que las autoridades no les han dado un protocolo para desalojar sus viviendas en caso de un accidente.
“Siempre es la misma cantaleta, descubrieron los ductos, los tapan y ahí queda. La única cosa que vamos a hacer cuando algo ocurra es correr. No estamos preparados para una emergencia, y se han registrado falsas alarmas de vecinos que se escapa su gas y a correr, que más vamos a hacer, correr y no hay de otra. Y ya el olor a gasolina es normal en ciertas calles, ya hasta las ubicamos. Sí nos da miedo, ojalá nunca ocurra nada, pero si pasa pues a correr”, detalló Ricardo.
Cabe destacar que existe un tramo de la calle Añil que se encuentra cerrado desde la explosión de 2019, hecho reportado por 24 HORAS el 2 de febrero pasado, en la nota “Viven entre gasolina y gas: Es una bomba de tiempo”.
En aquella ocasión, este diario público que dicho tramo permanece cerrado debido a que cuenta con un riesgo de explosividad bajo (debido a que el subsuelo se impregnó de combustible fugado), según trabajadores de la planta.
FRASES
“No estamos preparados para una emergencia, y se han registrado falsas alarmas de vecinos que se escapa su gas y a correr, que más vamos a hacer, correr y no hay de otra”
Ricardo
Vecino de la zona
“No contamos con las medidas, hay olor a gasolina, no hay protocolos en caso de que pase un accidente. Hasta el momento han habido algunas alarmas falsas de las mismas casas nuestras y todos tenemos que correr”
Rosario
Vecina de la zona
LEG