A dos meses del asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, y de los laicos Pedro Palma y Armando Berrelleza, la comunidad jesuita en México acusó que no han obtenido justicia y pidieron se revise el modelo de seguridad del país.
A través de un comunicado los religiosos hicieron un llamado a los tres niveles de gobierno para que avancen las investigaciones judiciales y que no se pierdan en los “laberintos” de la impunidad para que se garanticen las condiciones de seguridad para los pobladores.
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“Estamos convencidos de que sin justicia no habrá reconciliación en la zona rarámuri y por eso, a la par de nuestra exigencia, desde la Compañía de Jesús mantenemos nuestro compromiso para proyectar soluciones que permitan avanzar hacia la pacificación del país, porque a 62 días de esos dolorosos crímenes, otros hechos de violencia se han sumado a esta crisis que padecemos”, se lee en el texto.
Sin embargo, el pasado 8 de agosto Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana anunció que se detuvo a tres hombres vinculados con José “N” alías “El Chueco”, señalado como autor material del asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Urique, Chihuahua, con lo que suman ya 17 personas detenidas por este caso.
El 21 de junio se registró el homicidio de Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, sacerdotes jesuitas, quienes fueron asesinados dentro de un templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua.
Finalmente la comunidad jesuita reiteró que la violencia que se vive no se resuelve con estrategias que implican la ampliación de las capacidades del ejército y aseguró que la militarización no es la respuesta, ya que sostuvieron que es sólo un paliativo que pone en riesgo la paz.
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“Insistimos, frente a décadas de violencia, que el modelo de seguridad en todo el país debe ser revisado”.
En distintas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que la estrategia de seguridad funciona, la cual, según declaraciones del tabasqueño se basa en atender las causas de la violencia, como dar becas y trabajo a la comunidad y en “abrazos no balazos”.
EAM