“¡Cinco segundos antes de morir! ¡Recordé el rostro de mi padre! ¡Que con voz fuerte me decía! ¡Hijo mío no te vayas al combate!”, entonaban ayer, con poderosas voces, bomberas y bomberos al celebrar marchando el 135 aniversario del Heroico Cuerpo de Bomberos (HCB) de la Ciudad de México.
Las fuertes y sincronizadas pisadas de los elementos combinaban con la determinación grabada en sus caras, la misma con la que de un golpe de hacha y una patada en la puerta, les sirve para ingresar en el más terrible incendio en busca de sobrevivientes.
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La mayoría portaba sus pesados cascos y el uniforme contra las llamas, convirtiéndolos de inmediato en los protagonistas de la Primera Gran Carrera organizada por su corporación, recorriendo un circuito que comprendió el Zócalo capitalino, las calles 16 de Septiembre, 5 de Mayo, La Palma, Avenida Juárez y Paseo de la Reforma.
Por supuesto, a su paso los uniformados sintieron el apoyo de la ciudadanía, escuchando a los automovilistas sonar el claxon y a los transeúntes gritar: “¡Gracias por todo!”, “¡Vamos, bomberos!”, “¡Vamos, vamos, sí se puede! ¡No se rindan!”.
Y es que entre los servidores públicos de la Ciudad de México, el Cuerpo de Bomberos es quizá el más querido, al ser considerados sus elementos verdaderos héroes que arriesgan la vida por los habitantes de la ciudad.
A su paso, los versos entonados por los bomberos cambiaban mientras el sudor corría por sus frentes y el aliento poco a poco les faltaba, pero sin desfallecer nunca… como están acostumbrados: “Piensa que puedes y podrás” y “No te rindas, compañero”, se escuchaba.
“Me sentí motivado todo el tiempo por la gente. Fue una experiencia diferente, un reto en el equipo porque sientes la motivación de la gente y eso hace que no te detengas y sigas corriendo”, decía Uriel, uno de los bomberos que participó en la carrera, con la sonrisa de quien se sabe querido y honrado por la ciudadanía.
Otros bomberos también coincidieron que la convivencia, tanto con los familiares que acudieron a apoyarlos como con la ciudadanía en general fue muy emotiva, pues por primera vez pudieron intercambiar sonrisas y conversaciones fuera de las estaciones de bomberos.
“La convivencia es increíble, porque en las estaciones se te acercan y te hablan, y esto y aquello, pero ahora es muy diferente, porque podemos hablarnos como humanos, y nos agradecen de todo corazón que los cuidemos; se siente una satisfacción de que al final estás haciendo un buen trabajo y eso se ve reflejado en la gente”, comentó el bombero Alejandro.
FRASE
“Me siento muy orgullo porque sirvo a la ciudadanía, les ayudo. Ahora sí que en un incendio ellos salen y nosotros entramos. Es lo que me da más gusto, salvar a la gente”
Gerardo
Elemento del Heroico Cuerpo de Bomberos.
LEG