¿Un cambio de reglas largamente necesario o una violación de las tradiciones del tenis? La autorización de permitir el ‘coaching‘ (instrucciones del entrenador) en el Abierto de Estados Unidos por primera vez genera reacciones opuestas entre los jugadores que compiten desde el lunes en este Grand Slam.
Cuatro años atrás, el público de Flushing Meadows (Nueva York) asistió asombrado al arrebato de ira de Serena Williams contra el juez de silla que la sancionó por recibir consejos de su técnico, Patrick Mouratoglou, durante la final que perdió ante Naomi Osaka.
Esa escena no se podrá repetir en este torneo ya que la prohibición fue eliminada como parte de un ensayo más amplio hasta final de temporada, en el que los tenistas podrán recibir instrucciones de los entrenadores desde la tribuna.
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Estas comunicaciones verbales y no verbales se permitirán siempre que no interrumpan el juego ni estorben al adversario, y las verbales solo se aceptarán cuando técnico y jugador estén del mismo lado de la pista y deberán limitarse a palabras o frases cortas, sin diálogo.
El griego Stefanos Tsitsipas, actual número cinco del ranking de la ATP, recibió con satisfacción la medida, argumentando que no hace más que formalizar una práctica que siempre se ha llevado a cabo en las canchas.
“Mi entrenador no ha sido tan discreto como otros, pero esto siempre ha ocurrido”, dijo Tsitsipas. “He recibido muchas infracciones por ‘coaching’, lo que me parecía injusto. Pero ahora que está legalizado, estoy más que contento de no tener que lidiar con jueces que son tan estrictos y quieren arruinar de alguna forma el juego”.
“Créanme, eso ocurre con casi todos los jugadores. El hecho de que se legalice ahora va a hacer que el tenis sea un poco más tranquilo, que los jugadores se concentren más en el juego y menos en otro tipo de tonterías”.
“Lo odio” :
El vigente campeón del Abierto de Estados Unidos, Daniil Medvedev, se mostró escéptico sobre la importancia del cambio de regla.
“Nunca he estado en contra del ‘coaching’, pero sé que no lo voy a utilizar con mi entrenador porque sabemos cómo trabajamos juntos”, señaló el ruso. “Tal vez haya un partido de cada 10 o 20 en el que él intente introducir algo durante el juego. Pero la mayoría de las veces no lo vamos a necesitar como pareja en la pista”.
En cambio, el estadounidense Taylor Fritz, duodécimo del mundo, se mostró rotundamente contrario a esta medida al considerar que socava la naturaleza individual del tenis.
“Realmente lo odio”, recalcó Fritz. “No es algo que deba formar parte de nuestro deporte”.
“El tenis es un deporte individual, así que ¿por qué iba a poder ayudarte otra persona?”, se preguntó el vigente campeón del Masters 1000 de Indian Wells. “Creo que la gente subestima lo mental y estratégico que es este deporte, no entienden lo grande que es la diferencia”.
“Descubrirse a sí mismo en la pista es una parte muy importante de nuestro deporte… Tienes que cambiar las cosas por ti mismo, descubrir por ti mismo lo que está pasando, ajustarte a lo que hace el oponente”, expuso Fritz, que niega que el ‘coaching’ haya sido una práctica recurrente en el tenis.
“Yo nunca he recibido instrucciones en la cancha en mi vida”, aseguró. “Ese es el argumento que utilizan las personas que están a favor”.
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De su lado, la polaca Iga Swiatek, número uno del tenis femenino, dijo entender ambas posturas sobre la normativa.
“Comprendo que los jugadores digan que es un deporte individual (…) Pero, por otro lado, en la mayoría de los deportes hay ‘coaching”.
“En el fútbol los entrenadores pueden gritar, aunque hayan 11 hombres adultos en el campo que deberían saber qué hacer. Probablemente conocen la táctica, pero él sigue hablando, y en el básquetbol hay tiempos muertos”, recordó la polaca.
KA