No una, no dos, sino que hasta el momento van tres veces en el año que Napoleón Gómez Urrutia utiliza como carne de cañón a los mineros para cerrar las principales carreteras de Cananea y así presionar a López Obrador para que el Poder Judicial no lo obligue a pagar los 55 millones de dólares que les robó a más de 10 mil trabajadores de aquella zona.

A cada cierre, comentan compañeros, la indicación que les dan es que el bloqueo carretero seguirá hasta que se obligue al Gobierno federal a negociar con Napillo y, como es su costumbre, el cada día más millonario senador de Morena ve de lejitos, y desde la comodidad de sus lujos, cómo los mineros se ponen en riesgo por él.

Los daños a la economía son cuantiosos cada vez que al imitador de minero se le ocurre presionar a López Obrador, y esto ha sucedido en algunas ocasiones cuando el mandatario va de gira al estado de Sonora, Napillo intenta sabotear la visita del que le regaló una senaduría para que mínimo este sexenio se librara de las órdenes de aprehensión que seguramente se expedirían por el mencionado desfalco.

El cierre de carreteras no deja de ser un delito que se paga con cárcel, lo indignante es que los incite y ordene un legislador. A la par se han desarrollado otras protestas por parte de los militantes de Napillo, ya que en meses pasados a dos de sus integrantes les giraron órdenes de aprehensión por los bloqueos; obviamente a Napito no le importa quiénes ni cuántos son, él no deja de ordenar estas acciones.

Y mientras esto sucede, las huelgas en el sector minero también orquestadas por el supuesto líder, no dejan de estallar, una vez más el pago de utilidades es el tema. Napillo, como senador fue el principal impulsor de la reforma laboral, misma que promovió que las utilidades se toparan a tres meses de salario, sin importar que esto significara una disminución en algunos casos de 80% de los ingresos que recibían los mineros por esta prestación. Ahora, Napillo dice levantar la voz en favor de los derechos laborales y organiza huelgas para que las empresas les regresen a los trabajadores esos ingresos, recursos que él mismo eliminó.

Ya van varias huelgas que él estalla bajo ese pretexto, sin duda un negocio redondo para un dirigente que solo se dedica a engañar y esta vez se hace el héroe al, según, obtener conquistas laborales que nunca debió violentar. Así como va la cosa, no dudamos que el senador morenista continúe golpeando a su propio partido y este año le regale al Gobierno el índice más alto de huelgas estalladas en el sexenio.

Pero sigamos con los récords de abusos e ilegalidades de Napillo. Hace unos días pobladores de Tepoztlán, Morelos, lo expusieron y denunciaron como uno de los dueños de las distintas mansiones que edificaron en áreas naturales protegidas de esa comunidad.

Si de hablar de lujos se trata, el imitador de minero se mueve en las grandes ligas, lo señalan pobladores y medios de comunicación de ser el humilde poseedor de una mansión valuada en más de tres millones de dólares, y no es cualquier predio, este mide cinco mil metros; ya entrando en detalles, aseguran tiene hasta un jacuzzi para diez personas, sin duda una casa por demás sencilla cuando se tienen en el bolsillo 55 millones de dólares para disponer.

Los simpatizantes de Napillo seguirán parando carreteras, afectando la economía de las comunidades a cambio de recibir unos cientos de pesos, mientras él no dejará sus lujos y seguirá siendo el protagonista de uno de los casos más escandalosos de abuso de poder e impunidad que se escriben en México.

 

 

       @CarlosPavonC