“Es un honor que a un viejo como yo le hagan un homenaje como éste, porque he sido el único junto con Frida Kahlo, reconocido por André Breton como parte del movimiento surrealista”, dijo a en entrevista a 24 HORAS, el artista plástico Pedro Friedeberg acerca de este trabajo que empezó siendo un cortometraje de Liora Spilk.
Pedro narra el acercamiento de una joven cineasta que solo quería documentar el quehacer y el arte del reconocido artista Pedro Friedeberg.
El contraste entre los momentos íntimos de estos dos personajes y los eventos públicos del artista completan un retrato tierno y a la vez cómico de una figura fantástica del arte mexicano.
La joven editora de cine que filmó al personaje a lo largo de diez años se convirtió en su ópera prima, la que asegura que más que un documental biográfico sobre el artista y su legado artístico, Pedro es una carta de amor de la joven directora a su artista favorito. En este documental Pedro, quien huyó toda su vida de las cámaras y entrevistas, se deja observar por la mirada inquisitiva de Liora.
“Llevo 10 años filmando muy a pesar de sus deseos, empezó como un proyecto estudiantil y al final solo seguí filmando porque es mi artista favorito desde chiquita, me enamoré de su personalidad y de su humor y aquí sigo”, dijo la cineasta.
A ello agregó el maestro Pedro Friedeberg, “estuvo muele y muele hasta que me volví como picadillo. Así que es un gran honor para mí tener un documental como este, es muy satisfactorio, halagador, el que le hagan tanto caso a un pintor como yo.
“Hace casi 100 años el sacar una foto de un pintor bueno, malo, indiferente, reglar, en este caso excelente y genial como yo, era una gran cosa; lo agradezco porque están llevando todos mis cuadros a la inmortalidad, seguramente”, añadió este maestro del arte que recientemente se atrevió a llevar una de sus obras de arte al metaverso.
Según Spilk, a pesar de que él es un artista muy famoso, merece ser reconocido mucho más porque todos sabemos quién es Pedro Friedeberg, pero pocos saben quién es la persona detrás de las “fantásticas imágenes que produce el maestro con tanto oficio”.
Pedro, no es un documental biográfico, no trata de su vida, sino más bien de cómo un admirador conoce a su ídolo, a su pintor favorito y más a él como persona y cómo su humor, su personalidad, su idiosincrasia se traducen en su obra.
“Sí salen sus amigos que son muy importantes como José Luis Cuevas, Ida Rodríguez Prampolini, Elena Poniatowska, pero no es un típico documental, es una comedia de errores y se trata más de cómo pude conocerlo y acercarme a él.
“Incluso, me mostré a mí misma como instrumento cómico para que Pedro pudiera reírse conmigo y así conozcan esta parte de él”, aseveró Liora Spilk.
El documental transcurre en el estudio del maestro en Ciudad de México, en Veracruz y principalmente en Venecia donde la cineasta tuvo la oportunidad de compararlo a una exposición, en Zona Maco, en el Museo Franz Mayer.
Editora de profesión, Liora tuvo dificultades para llegar a este último resultado de Pedro, debido a los miles de horas de metraje que ha conjuntado a lo largo de una década, para lograr 74 minutos, mientras que a ella le habría gustado que durara lo mismo que Lo que el viento se llevó, cosa que es imposible.
“La mayoría de los artistas son narcisistas y creen que todo mundo está súper interesado en su obra, en su quehacer y a lo mejor no es así, quizá la gente ya está hasta el copete”, dijo el maestro a lo que agregó Liora: “esta es una película interesante, divertida, ligera y surreal, así como Pedro”.
El autor de la ya mítica obra Silla mano, aseguró que no se merecía ser el protagonista de este documental pues considera que hay artistas que hay muchos pintores de los cuales ya nadie se acuerda, “todos ellos buenísimos, mejores que yo o casi tan buenos como yo, aunque soy bastante pésimo porque solo encajé por el Pop que es una vulgaridad corriente, por eso logré entrar en el mundo del arte y figurar en él; mis obras son interpretaciones arquitectónicas hechas caricatura, no es una gran novedad tampoco que ya hacía Carlos Mérida, Juan O’Gorman, El Concito, un pintor muy lleno de humor al que nunca le hicieron una película que creo se la merecía”, finalizó el maestro Pedro Friedeberg.
LEG