La batalla por suceder al primer ministro británico, Boris Johnson, entró en su recta final. Y es que el lunes 5 de septiembre se dará a conocer al ganador de la contienda interna del Partido Conservador, misma que será definida por alrededor de 180 mil militantes en todo el Reino Unido que, desde hace varias semanas, están votando vía el servicio postal.
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Los dos candidatos para el cargo de líder del partido y por ende de primer ministro, son la parlamentaria Liz Truss, actual secretaria de Estado para Asuntos Exteriores, y el ex canciller de la Hacienda, Rishi Sunak. En el sistema británico, si el partido que logró formar gobierno tras la última elección general (2019) tiene un cambio de líder antes de cumplir los cinco años en funciones, como ocurre hoy, ello implica también la sustitución del ocupante de la residencia oficial de la calle Downing, en Londres.
En una encuesta de la reconocida empresa YouGov, levantada a miembros del partido entre el 29 de julio y el 2 de agosto, Truss tenía una ventaja de 38 puntos porcentuales (69%) sobre Sunak (31%). Para el 19 de agosto, la misma empresa publicó que Truss obtenía el 66% de las preferencias, frente a un 34% para Sunak; una diferencia de 32 puntos a favor de la funcionaria.
No obstante, quien reemplace a Johnson no tendrá un panorama político sencillo. Internamente, la militancia conservadora tiene sentimientos encontrados, sobre todo con respecto a Johnson. Por ejemplo, el 34% de los conservadores registrados cree que el nuevo primer ministro debe darle una cartera gubernamental a Johnson (YouGov, 12-17 de agosto). Asimismo, el 53% vieron de forma negativa la renuncia de Sunak al gobierno en julio pasado, misma que provocó la caída de Johnson, y un 22% la considera abiertamente una “puñalada por la espalda” contra su exjefe.
Hacia fuera del Partido Conservador, una encuesta de Ipsos-Reino Unido levantada la primera semana de agosto muestra que 51% de la población general (votantes británicos sin distinción partidista) quiere una nueva elección general este mismo año. En este sentido, el 46% de los británicos que apoyan una elección general piensan que el país está en crisis y necesita definir qué rumbo tomar.
Según datos recientes, una elección general beneficiaría al Partido Laborista, que no gobierna desde que Gordon Brown entregó el poder a David Cameron en 2010, ya que los conservadores se llevarían el 31% de los votos frente al 39% a favor de los laboristas (YouGov/Times, 23-24 de agosto).
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