En un partido que agrandó todavía más su leyenda, Serena Williams fue eliminada este viernes por la australiana Ajla Tomljanovic en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos y, con lágrimas en los ojos, dijo que no piensa replantearse su retirada.
A sus casi 41 años, Williams batalló hasta el final salvando hasta cinco pelotas de partido en tres horas de batalla ante Tomljanovic, que se impuso por 7-5, 6-7 (4-7) y 6-1.
A este memorable partido le siguió la emotiva despedida de Serena, una de las grandes figuras de la historia del deporte con 23 títulos de Grand Slam.
“Han estado increíbles”, comenzó agradeciendo al público. “Lo intenté pero Ajla jugó un poco mejor”.
Sin poder reprimir la emoción, Williams dio las gracias a su madre Oracene y su hermana mayor Venus, que se encontraban en la grada, y a su padre Richard, “que seguro que me está viendo”, por “el viaje más increíble de mi vida”.
“Todo empezó con mis padres”, dijo Williams. “Ellos se lo merecen todo. Estoy muy agradecida por ellos”.
“Y no sería Serena si no existiera Venus, así que gracias, Venus. Ella es la única razón por la que Serena Williams ha existido”, dijo sobre su hermana mayor y también estrella del tenis.
En unas palabras que parecían transmitir el adiós, a Williams se le preguntó si podría reconsiderar la retirada que anunció el pasado mes.
“No lo creo… pero nunca se sabe”, respondió con una sonrisa enigmática.
Una derrota épica
Tras un año de inactividad y dolorosas derrotas en los pocos partidos de preparación, Williams maravilló esta semana al mundo en el US Open con dos asombrosas victorias ante la montenegrina Danka Kovinic y la estonia Anett Kontaveit, toda una número dos del ranking mundial.
Si el viernes hubiera culminado la remontada ante Tomljanovic se hubiera convertido también en la tenista más veterana en disputar unos octavos de final de un Grand Slam desde el inicio de la era Open en 1968.
Williams pagó el desgaste de una intensa semana en la que disputó cuatro partidos en los últimos cinco días.
El viernes, sin siquiera 24 horas de descanso tras su derrota en dobles con Venus, a Serena le falló su mejor arma, el servicio, en un primer set en el que se quedó en un insólito 47% de acierto en el primer servicio.
La audaz Tomljanovic vio una oportunidad y se atrevió a presionar a Serena esperando su segundo saque unos pasos adelantada.
La apuesta le salió bien a Tomljanovic que logró quebrar y, sin que Serena encajara el golpe, aceleró para embolsarse los siguientes tres juegos y finiquitar el set con una implacable derecha que Williams solo pudo seguir con la vista.
Herida en su orgullo, y avistando el final, el implacable espíritu combativo de la estadounidense comenzó a brotar.
Sin ninguna intención de rendirse, se apoderó de los cuatro primeros del segundo set y encendió la olla a presión de la pista Arthur Ashe, que ahora sí se le venía encima a Tomljanovic.
Serena se había hecho con el pleno control del juego y del escenario, marcaba el ritmo del partido a su conveniencia e intimidaba a su rival con cada feroz celebración de punto.
Sin importarle desperdiciar cuatro pelotas de set, Serena se impuso en un ‘tiebreak’ de alta tensión, el territorio que domina mejor que nadie, y forzó la manga de desenlace en una Arthur Ashe que había entrado en erupción.
La estadounidense alargó el sueño rompiendo el servicio de Tomljanovic en el primer juego pero las fuerzas se le escapaban frente a una rival 12 años menor.
Tomljanovic, a diferencia de las rivales anteriores, no empequeñeció ante el tamaño de la figura que tenía enfrente ni los 23.800 aficionados de la mayor pista del mundo.
Serena no se marchó, sin embargo, sin un último recordatorio de que la rendición nunca estuvo en su diccionario.
Con sus últimas energías salvó de forma heroica cinco pelotas de partido de Tomljanovic, que finalmente acabó pidiendo disculpas por provocar el capítulo final de la gran campeona.
“Lo siento mucho porque quiero a Serena tanto como vosotros”, aseguró la australia al público. “Lo que ha hecho por mí, por el deporte del tenis, es increíble”.
“Hasta el último punto, yo sabía que ella podía”, reconoció. “Así es ella, la mejor de todos los tiempos”
LDAV