Gran admiradora de la primera ministra conservadora Margaret Thatcher, cuyas políticas ultraliberales quiere emular, Liz Truss la sucederá ahora como tercera mujer a las riendas del gobierno británico.
Como Thatcher, apodada la “dama de hierro” por la mano dura con que gobernó de 1979 a 1990, Truss, de 47 años, representa al ala más derechista del Partido Conservador.
“Creo en un futuro más brillante y mejor para Gran Bretaña. Tengo un plan audaz que hará crecer nuestra economía y generará salarios más altos, más seguridad para las familias y servicios públicos de categoría mundial”, afirmó en el cierre de la votación con la que menos de 200.000 afiliados del Partido Conservador la designaron como nueva jefa de gobierno.
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“Lo haré mediante la reducción de impuestos, impulsando las reformas y eliminando los trámites burocráticos que están frenando a las empresas”, subrayó.
Durante casi un año fue ministra de Relaciones Exteriores y, como Thatcher, se mostró firme frente a la Unión Europea, determinada a modificar unilateralmente el acuerdo posbrexit.
También plantó cara al régimen de Pekín por sus violaciones de los derechos humanos y a la Rusia de Vladimir Putin.
Llegó a imitar a Thatcher posando con un gorro de piel ruso en la Plaza Roja en febrero, durante un viaje a Moscú para intentar disuadir al presidente ruso de invadir Ucrania.
– Giro sobre el Brexit –
Su nombramiento al frente de las Relaciones Exteriores había sido tanto un espaldarazo como un medio por su predecesor, Boris Johnson, de intentar controlar las ambiciones de esta figura ascendente que ahora lo remplaza en Downing Street.
Pero antes le había confiado la cartera de Comercio Exterior, puesto en el que Truss se convirtió en la cara de las negociaciones comerciales del Reino Unido tras el Brexit.
Fue todo un cambio de rumbo para una mujer que había defendido la permanencia británica en la Unión Europea durante el referéndum de 2016 antes de decir que veía grandes oportunidades económicas en el Brexit.
Trabajó para forjar nuevas alianzas y concluyó tratados de libre comercio con países como Japón y Australia, pero no logró el gran acuerdo comercial con Estados Unidos que Londres tanto ambicionaba.
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Asimismo, algunas de sus declaraciones y actitudes parecen no haber sido bien recibidas por la administración de Joe Biden.
– “Tenía que ganar” –
Nacida el 26 de julio de 1975, casada y con dos hijas, “Liz no tiene miedo de decir lo que piensa”, presume su página web.
Sus amigos de infancia y compañeros de universidad en Oxford, donde se licenció en política y economía, recuerdan a una estudiante provocadora pero discreta que no aparecía como una futura primera ministra.
“No era una de las chicas más extrovertidas por lo que me sorprendió un poco que se volviera tan desenvuelta como adulta”, explicó uno de ellos al diario The Times.
Dubitativa al iniciar su campaña en agosto, fue adquiriendo seguridad durante las seis semanas hasta aparecer firme y tajante en su mitin de cierre.
Ya de niña “era alguien que tenía que ganar”, explicó Francis Truss, uno de sus tres hermanos, a la BBC en 2017 recordando como su “padre decía que hacía trampas para ganar” cuando jugaban a juegos de sociedad como el Monopoly o el Cluedo.
– Padres izquierdistas –
Truss creció en un entorno muy izquierdista y en Oxford presidió un grupo juvenil del centrista Partido Liberal Demócrata, donde empezó a mostrar firmes opiniones políticas.
“Creo que siempre le gustó la atención de ser un poco controvertida”, explicó Kiron Reid, compañero en las filas de las juventudes liberaldemócratas.
Truss escandalizó a sus padres, un profesor de matemáticas y una defensora del desarme nuclear a los que acompañaba a las manifestaciones cuando era niña, al acabar entrando en el Partido Conservador para adoptar posturas muy derechistas.
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Tras una década en el sector privado, sobre todo como directora comercial de empresas que incluyeron la energética Shell, fue primero concejala en el sureste de Londres y luego diputada en 2010.
En 2012 entró en el gobierno y ocupó una serie de carteras, primero como secretaria de Estado de Educación y luego como ministra de Medio Ambiente de 2014 a 2016.
También fue la primera mujer ministra de Justicia y, posteriormente, secretaria jefa del Tesoro.
CSAS