El telescopio James Webb captó decenas de miles de estrellas jóvenes en la nebulosa de la Tarántula, que no habían sido detectadas.
A esto se suma el descubrimiento de galaxias lejanas de fondo, así como la estructura y composición del gas y el polvo de la nebulosa.
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Luego de que los astrónomos centraron tres de los instrumentos infrarrojos de alta resolución del Webb, observaron que la región se asemeja al hogar de ciertas tarántulas, forradas con seda.
Mientras que su cavidad se debe a la radiación abrasadora de un cúmulo de estrellas masivas jóvenes, que brillan en azul pálida en esta imagen.
“Las áreas circundantes más densas de la nebulosa resisten la erosión producida por los potentes vientos estelares de las estrellas jóvenes, formando pilares que parecen apuntar hacia dentro del cúmulo”, describió la NASA.
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Estos pilares contienen protoestrellas en formación, que emergerán y tomarán su turno para dar forma a la nebulosa, explicó.
La tarántula cósmica se encuentra a 161 mil años luz, en la Gran Nube de Magallanes y es el hogar de las estrellas más calientes y masivas que se conocen.
RM