Al mes de julio, el déficit económico de EE.UU. se situó en USD$70.7MM marcando su cuarto mes con moderación. A pesar del proceso de desaceleración, de forma acumulada, el déficit suma USD$605.6MM en los primeros siete meses del año o un 27.5% más que los USD$474.8MM del mismo periodo del año pasado.
La fortaleza del dólar DXY pudiera empezar a pesar en el ritmo de las exportaciones, mientras que las importaciones pierden impulso quizá ante temas de consumo y niveles de inventarios.
Por su parte, la balanza comercial de China del mes de agosto presentó un superávit de USD$79.4MM, marcando su menor nivel de los últimos 4 meses en un intento de mejora, pero las condiciones energéticas en algunas zonas del país (paros por energía ante la ola de calor) y la política cero COVID en otras, siguen afectando el entorno.
Los altos niveles de inflación y afectaciones de ambos lados de la cadena de suministros siguen pesando, no solo el intercambio comercial entre las dos economías más grandes del planeta, sino en del desempeño de la economía mundial en el 3T’22.
A pesar de posicionamientos encontrados y fuertes represalias comerciales, el déficit comercial de EE.UU. con China acumuló en los primeros 7 meses del año USD$234.5MM un 25.2% más grande que el déficit de USD$187.2MM del mismo periodo del año pasado. Este tema es muy sensible políticamente para EE.UU.
Estados Unidos y China, por el tamaño de sus economías, aportan casi la mitad del crecimiento mundial por lo que un enfriamiento de estas economías es de extrema preocupación a nivel global.
¿Plan del G7, otra estrategia fallida?
La semana pasada el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) anunció un plan para topar el precio de las exportaciones petroleras rusas, con el propósito de limitar sus ingresos para financiar su invasión a Ucrania. Dicho plan básicamente consistiría en cortar el seguro de los tanqueros que transporten petróleo ruso que se vendan por arriba del precio establecido por el mismo G7.
Sin embargo, dicho plan presenta serias dificultades operacionales, ya que no existe la infraestructura para fiscalizar todos los tanqueros que salen de Rusia. Tampoco explica cómo se aplicaría en el caso de exportaciones por ductos.
Destaca que, cuatro días después de este acuerdo, la OPEP+ anunció que reduciría los 100 mil barriles diarios de producción diaria que aumentó en septiembre y, que Rusia advirtiera que suspendería cualquier suministro a los países que se adhieran al plan del G7.
Otro elemento significativo es la falta de consenso, pues no contemplan a China, Turquía, Bielorrusia e India que en conjunto están comprando casi el 40% de las exportaciones petroleras rusas.
Hay que recordar que en julio, analistas de JP Morgan Chase & Co pronosticaron que los precios mundiales podrían alcanzar unos USD$380 por barril en caso de materializarse los topes de precio.
@1ahuerta