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Foto: Google Maps / El gerente del Verificentro A0-58 se comprometió a pagar la totalidad de los daños... pero ya no le contesta mensajes ni llamadas a la afectada  

El 18 de agosto pasado, Elisa (nombre cambiado a petición de la usuaria) acudió a verificar su automóvil, una camioneta Dodge Journey, al verificentro AO-58, ubicado en Río Mixcoac 343, casi en esquina con Avenida Universidad; en ese lugar, lo que pudo ser un mero trámite se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza y angustia financiera.

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Y es que durante una de las pruebas que se realizan a los vehículos, uno de los trabajadores estrelló la camioneta de Elisa al no seguir los protocolos correspondientes, como poner en parking la unidad.

Lo peor, es que el vehículo acababa de salir de la agencia, pues le fue entregado a Elisa apenas el 16 de agosto: “Para no circular sin verificación, cumpliendo mis obligaciones como ciudadana, llevé la camioneta al verificentro”.

“En el proceso de la verificación un empleado no paró mi auto, lo dejó rodar y lo estrelló, causándole daños a mi propiedad; primero muy atentos se comprometieron a pagar, pero llegó el día y la hora para ir a la agencia a arreglar la camioneta y ahora no contestan”, comentó a 24 HORAS.

En una entrevista con este diario, Elisa precisó que luego de arduas negociaciones el gerente del verificentro se comprometió a pagar los daños causados al vehículo, por lo que firmó una carta responsiva y abonó el 50% de los recursos.

Sin embargo, aunque el compromiso se hizo, la fecha para cubrir el otro 50% de los daños pasó sin que se realizara ninguna transferencia bancaria… Y es que tan solo uno de los sensores de la camioneta, que resultó dañado, cuesta alrededor de 35 mil pesos, por lo que, de acuerdo a la valuación recibida por Elisa, al sumar los daños estos alcanzan casi los 100 mil.

“Es increíble, pero lo que dañaron fue el sensor de aire acondicionado, el condensador del aire acondicionado; es terrible, las piezas son todas con sensores y no se ve aparatoso, pero cada pieza que se rompió cuesta mucho”.

A los daños se le suma que ahora los responsables del verificentro “no contestan las llamadas ni los mensajes por whats, ni hicieron alguna transferencia”.

Y es que para ella, el que verificentros de la ciudad operen bajo el esquema de concesiones permite que los usuarios queden vulnerables ante este tipo de situaciones.

“Los verificentros no son del todo del Gobierno de la ciudad, son concesiones, las cuales se repartieron entre muchos políticos en funciones y por ello se niegan o jinetean el dinero para pagar los daños provocados”, acusó.

FRASE

“En el proceso de la verificación, un empleado no paró mi auto, lo dejó rodar y lo estrelló, causándole daños a mi propiedad; primero muy atentos se comprometieron a pagar, pero llegó el día y la hora para ir a la agencia a arreglar la camioneta y ahora no contestan”
Elisa
Ciudadana afectada

LEG