Corea del Norte disparó el sábado dos misiles balísticos en su cuarta prueba de armas esta semana, informaron las fuerzas armadas surcoreanas, mientras Seúl, Tokio y Washington intensifican los ejercicios militares para contrarrestar a Pyongyang.
Las fuerzas armadas surcoreanas indicaron que “detectaron dos misiles de corto alcance (…) disparados desde la zona de Sunan en Pyongyang” al mar de Japón.
Los misiles “viajaron aproximadamente 350 km a una altura de 30 km y una velocidad de Mach 6”, indicó el Estado Mayor Conjunto de Seúl en un comunicado.
Japón también confirmó el lanzamiento de dos aparentes misiles balísticos que habrían caído fuera de la zona de exclusión económica japonesa.
El viceministro japonés de Defensa, Toshiro Ino, dijo que los misiles “parecen haber realizado trayectorias irregulares”.
“Corea del Norte ha realizado lanzamientos de misiles a un ritmo sin precedentes”, agregó.
Expertos señalan que la trayectoria irregular indica que los misiles son capaces de maniobrar en pleno vuelo, lo que los hace más difíciles de rastrear e interceptar.
Por su parte, el Comando Indopacífico de Estados Unidos dijo en un comunicado que el último lanzamiento “pone de relieve el impacto desestabilizador de los programas de ADM (Armas de Destrucción Masiva) y misiles balísticos” de Corea del Norte.
Corea del Sur, Japón y Estados Unidos realizaron el viernes maniobras submarinas, poco después de que las marinas de Washington y Seúl ejecutaran ejercicios a gran escala cerca de la península coreana.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, estuvo el jueves en Seúl y visitó la fortificada Zona Desmilitarizada que divide a Corea, en un viaje dirigido a afianzar el sólido compromiso de Washington con Seúl frente a Pyongyang.
Con las negociaciones estancadas, Corea del Norte ha realizado este año un número récord de ensayos armamentistas, incluyendo el lanzamiento de varios misiles balísticos.
El país también adoptó una ley que declara “irreversible” su condición de país con armas nucleares.
Visita de Harris
Corea del Norte lanzó una serie de misiles con motivo de la visita de Harris, con misiles balísticos de corto alcance el domingo, el miércoles y el jueves, algunos de ellos horas después de que la vicepresidenta estadounidense saliera de Corea del Sur.
Estados Unidos tiene unos 28.500 soldados en Corea del Sur para ayudar a resguardarla del Norte.
Bajo el nuevo presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, quien asumió el cargo en mayo, los dos países han aumentado los ejercicios conjuntos, que aseguran ser de carácter netamente defensivos.
Antes de la llegada de Harris a Seúl, Washington desplazó el portaaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan a Corea del Sur para participar en un ejercicio naval a gran escala, algo que enfureció a Corea del Norte, que considera las maniobras como el ensayo de una invasión.
“Las pruebas norcoreanas de misiles balísticos de corto alcance son menos importantes que un ensayo nuclear, pero aun así violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, indicó Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha de Seúl.
Corea del Norte “está modernizando rápidamente sus armas y aprovechando la división mundial por la rivalidad entre Estados Unidos y China y la anexión rusa de territorio ucraniano”, agregó.
“Las acciones de Pyongyang dejan clara nuevamente la necesidad de que Washington y Seúl refuercen su disuasión militar, endurezcan las sanciones económicas y aumenten la coordinación política con Tokio”, señaló.
Autoridades surcoreanas y estadounidenses han alertado durante meses que el líder norcoreano, Kim Jong Un, se prepara para realizar un nuevo ensayo nuclear.
El aislado régimen ha efectuado seis pruebas nucleares desde 2006, la más reciente en 2017.
LDAV