México ocupa el octavo lugar con la mayor cantidad de niñas y adolescentes casadas o en unión libre a escala internacional, pese a estar prohibido legalmente; sumando en 2020 un millón 420 mil menores en este tipo de uniones: Desde 2019, el artículo 148 del Código Civil Federal se reformó, mediante un decreto, que estableció que la edad mínima legal para casarse era de 18 años.
Lo anterior por factores que van desde el nivel educativo, condición de pobreza, embarazo adolescente, prácticas que forman parte de sus tradiciones, sobre todo en áreas rurales y tráfico de personas, hasta el desplazamiento forzado, de acuerdo con la organización Girls Not Brides.
María González, ahora de 52, vivía una situación de violencia en casa de sus papás, en el Estado de México, donde los golpes eran lo cotidiano. Por eso, a los 16 años, cuando entabló relación con un hombre mucho mayor que ella, creyó haber encontrado un escape.
“Me casé porque su familia y él fueron las primeras personas que me trataron con amabilidad y cariño. (…) Decidí casarme porque no quería regresar a mi casa y porque, erróneamente, creí que sería feliz”.
Por su parte, Jessica Hernández experimentó una situación similar. También a la edad de 16 años conoció a un hombre con más edad que ella, en la tienda de conveniencia en la que trabajaba en ese momento, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
“Era súper tierno, encantador, me trataba como una reina, por eso decidí casarme con él. Mi familia estaba en desacuerdo, pero yo insistí en estar con él”, recordó la mujer, quien ahora, a sus 22 años, es operadora en una fábrica.
En el país, las mujeres residentes de localidades rurales son las propensas al matrimonio infantil, pues 42.2% del total lo contrajeron siendo menores de edad, casi el doble comparado con aquellas que viven en localidades urbanas, que es de 26.4%, según datos recabados por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Guerrero con 45.6%; Chiapas con 42.1%; Tabasco, 41.1%; Campeche, 39.6% y Michoacán con 37.7% se posicionan como los estados donde existe una mayor cantidad de mujeres que contrajeron matrimonio antes de la mayoría de edad.
BAJA NO ES SIGNIFICATIVA
Sin embargo, la problemática se ha reducido al paso de las generaciones, pues de un 23.6% de mujeres que contrajeron matrimonio siendo niñas o adolescentes nacidas entre 1964 y 1968, se disminuyó a un 20.5% con las que nacieron de 1994 a 1999, aunque la diferencia no es, aún, tan significativa.
Y no lo fue ni para María, ni para Jessica, quienes además fueron violentadas constantemente por sus parejas.
“La relación fue terrible desde el comienzo. Hubo muchos golpes, humillaciones, infidelidades, mentiras de todo tipo, celos y abandono. (…) Cuando peleábamos se iba con su madre y me dejaba sola con mis niños, sin dinero y encerrada”, compartió María al diario.
Por otra parte, Jessíca declaró que su “relación fue muy tóxica. Me celaba, me humillaba, decía que no valía nada, me controlaba mi dinero, nunca me compraba nada”, incluso llegó a golpearla en varias ocasiones con una tabla. “No sé porque quise estar con él, si siempre me trató muy mal. Sería costumbre o porque tenía la autoestima muy baja”, explicó.
Sin embargo, ambas mujeres tomaron la decisión de terminar con sus relaciones, aunque no fue fácil por situaciones como las opiniones de la sociedad, pero declaran que fue algo positivo.
María decidió terminar la relación tras tomar terapia psicológica y ver el crecimiento de sus hijos.
“Me di cuenta que lo que la gente y mi familia dijera al respecto no era tan importante. La terapia me ayudó muchísimo a entender que no era mi culpa”, y asegura sentirse feliz, “porque soy libre”, apuntó.
Jessica, por su parte, aseguró que, si pudiera cambiar las cosas, “no me hubiera dejado la primera vez y no hubiera hecho caso de sus encantos. (…) Las que salimos con vida de esas relaciones somos muy pocas”.
LEG