La escena subterránea sólo podía empezar de forma clandestina y ni en Google había información sobre el icónico bar el Tutti Frutti, una leyenda que merece salir de los recuerdos de quienes lo vivieron y ser documentada.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Vives en CDMX? Lleva una alerta sísmica de bolsillo
Así es como Laura Ponte llegó a la idea de realizar el documental Tutti Frutti, el templo del Underground.
“La idea primero era hablar del protopunk en México, pero cuando vi que no había información real de este hito de la generación, desempolvé recuerdos y contactos para rescatarlo; mantenerlo así sería olvidar una parte fundamental para llegar a donde estamos”.
“Yo siempre he dicho que las generaciones cambiaron a partir del Tratado de Libre Comercio, eso diferenció mucho la forma en que se tuvo acceso a las cosas, una de ellas fue la música, antes era inconseguible material de estos sonidos provenientes de Europa, solo quienes podían viajar para allá o para Estados Unidos podían tener acceso a esas bandas nuevas, pero ni en el Chopo habían cosas de esas bandas”, comentó Alex Albert.
El Tutti Frutti es el reflejo de todo lo anterior y de una sociedad que cambió luego del terremoto de 1985, según afirma Alex.
“Cuando el terremoto la gente se organizó, tuvo iniciativa, yo creo que es la primera vez que el gobierno se vio totalmente rebasado por el esfuerzo de la gente, de ahí mi generación aprendió que no necesitaban de nadie más que de ellos mismos, y entre los más grandes se organizaron para dar inicio a un movimiento que aún tiene vigencia en todo el mundo y también en México”, agregó el documentalista.
“Todo inició por el hermano y la cuñada de Brisa Vásquez, quienes se fueron del país y se lo quedaron ella y Danny Yerna, y en el lugar original, en la parte alta del salón del papá de Brisa, El Apache, empezaron a abrir sus puertas a gente que buscaba algo diferente, no sólo música, también arte, platicar de música, de formas de ver la vida, que le gustaba vestirse diferente, ahí se inició toda esta subcultura, desgraciadamente a Bris y a Danny casi todos les perdieron la pista luego de estos años”, compartió la periodista.
NUNCA ESTUVO MUERTO
En el Tutti Frutti tocaron Las Insólitas Imágenes de Aurora, agrupación previa a Caifanes, quienes años después también tocaron y también otros grupos como Santa Sabina, Juguete Rabioso. “De verdad que todos querían estar ahí y aunque no fueran a tocar los músicos iban a pasar el rato allá”, agregó Laura.
“Este documental lo inicié con amigos a través de Facebook, hicimos un grupo en el que agregamos gente para compartir vivencias, fotos y todo lo que tuviera que ver, al principio éramos como 20 personas, hoy somos más de 4 mil, de verdad que todavía hay muchas personas que lo vivieron y les gusta revivirlo, solo que necesitaban un momento para hacerlo que no había llegado hasta ahora”, argumentó.
Por su parte Albert sostuvo que “cuando uno lo revive se da cuenta que en realidad nunca estuvo muerto, sólo estuvo guardado esperando a salir y es que el Tutti Frutti no es un lugar, es una época, es una generación, está en cada canción de The Cramps, Souxie and the Banshees, Kraftwerk, o cualquier banda que escuchamos en ese entonces cuando no nos importaba cruzar la Ciudad en la noche para llegar hasta Lindavista a pasar un rato que hoy quisiéramos revivir”.
El documental cuenta con la participación de verdaderos protagonistas como Alfonso André, Sabo Romo y por supuesto Brisa y Danny.
“Acudimos a ellos porque qué mejor que dejar un documento de viva voz de quienes representan a esa generación y buscamos rodar en lugares como el Real Under que siguen apoyando esta cultura”, concluyó Laura.
Tutti Frutti, el templo del Underground, estrenará el 20 de Octubre con una proyección en el Parque México y tendrá un estreno en la Cineteca Nacional el día siguiente como parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México.
LEG