En Europa se ha generado un debate sobre la falta de pruebas de la farmacéutica Pfizer a su vacuna contra Covid-19.
El pasado 10 de octubre, el eurodiputado Rob Ross, miembro del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, cuestionó en el marco de un Comité Especial sobre la pandemia de Covid-19 a Janine Small, una ejecutiva de la farmacéutica Pfizer, si se hicieron pruebas para saber que el biológico frenaba la transmisión, a lo que respondió que no.
Dicha respuesta ha ocasionado un intenso debate social en Europa donde en junio de 2021 con el fin de reactivar la libre circulación entre países, la Unión Europea acordó emitir un “pasaporte COVID” para las personas que estuvieran vacunadas y reducía la movilidad a las personas que decidieron no aplicarse ningún biológico contra el SARS CoV2.
De acuerdo con el debate en redes sociales, los laboratorios no dieron información completa de sus vacunas; incluso cuestionan que mintieron a la población al decir que una persona vacunada ya no podía contagiar, lo cual es una información falsa.
Tanto los laboratorios como las Agencias reguladoras de medicamentos y la Organización Mundial de la Salud, señalaron que las vacunas servirían para reducir la gravedad de la enfermedad, pero estas no exentaban a las personas de ser contagiadas ni de contagiar.
En octubre de 2021, Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas, un grupo de expertos que ofrece a la OMS orientaciones independientes y reconocidas sobre el uso seguro de las vacunas, llegó a la conclusión de que las vacunas de ARNm contra la COVID-19 brindan claros beneficios en todas las edades “al reducir las hospitalizaciones y las muertes causadas por esta enfermedad”.
Incluso en el sitio oficial de la Organización Mundial de la Salud se aclara que “la vacuna de Pfizer BioNTech contra la COVID-19 tiene una eficacia teórica muy alta contra los síntomas graves y moderada contra la infección sintomática por SARS-CoV-2”, lo que demuestra que no hubo engaño alguno.
LEG