A lo largo de la historia de la humanidad, la violencia es el recurso que utilizamos los seres humanos para imponer nuestras ideas, apoderarnos de territorios o sencillamente aniquilar a nuestros enemigos. La historia de la violencia es parte de la historia del hombre.
De lo que sabemos poco es dónde y cómo se inicia el ciclo de la violencia, cómo se transmite y sobre todo las consecuencias y costos que tiene tanto para las familias como para la sociedad en la que vivimos.
Hoy no podemos cerrar los ojos a la realidad, hay que aceptar que vivimos en un México violento -y de tradición violenta- y que ésta se ha incrementado de forma alarmante y ya es parte de nuestra realidad social.
La violencia tiene muchas de sus raíces en la pobreza, pero no es la única razón, hay factores como la educación tradicional donde el rol de la mujer sigue profundamente arraigado en el servicio a la familia -es prácticamente una trabajadora del hogar, pero sin salario- y son sin duda las primeras receptoras de la violencia familiar, de esposos e hijos varones principalmente.
Las niñas y niños que viven en este doloroso ambiente, están condenadas a repetir este esquema de sumisión, humillación y violencia por generaciones. En gran parte de nuestro país, este esquema sigue vigente. La consecuencia son futuros padres y madres que aprendieron un modelo violento de vivir y que lo replicarán en una gran parte de su vida familiar y social.
En muchas ocasiones, estos hijos e hijas no pueden resistir la violencia familiar y deciden abandonar sus hogares antes que seguir sufriendo golpes, vejaciones y en no pocos casos agresiones sexuales dentro de la propia familia.
La calle para estos niños se convierte en refugio y escuela, y la huella emocional de la violencia se profundiza. Se convierten así en un objeto muy codiciado por el crimen organizado.
El panorama es ciertamente desolador, pero sí existe solución efectiva. Se llama JUCONI, que es la organización más importante en búsqueda de una solución de fondo para eliminar la violencia familiar, en ella no se trata sólo de proteger a los niños y niñas en condición de calle, va mucho más allá.
JUCONI ha implementado una metodología desarrollada por sociólogos, educadores, psicólogos, pero sobre todo con el trabajo incansable de muchos voluntarios que son una muestra viviente del significado de la palabra solidaridad y amor al prójimo, al que muchas veces no sabemos o no queremos ver.
El trabajo de JUCONI está centrado en reintegrar a los niños y niñas a sus hogares y trabajar a profundidad con toda la familia a fin de sanar y eliminar las causas psicoemocionales de la violencia, además de ayudar también en aquellos aspectos complementarios que son necesarios para la salud emocional e integral de las familias afectadas por la violencia.
Este esfuerzo de 33 años, ha sido reconocido a nivel internacional por Unicef, Unesco, etc. Sus resultados son realmente impresionantes: han logrado al menos 80% de efectividad documentada para romper de forma permanentemente el ciclo intergeneracional de la violencia familiar.
Cuando la violencia familiar se hace presente en las familias el ciclo de repetición se prolonga hasta por siete generaciones.
Hoy inicia en México la campaña de recaudación para que JUCONI pueda seguir trabajando en contra de la violencia familiar en México, su página es www.juconi.org.mx te pido la visites y si puedes colabores con ellos en la construcción de un México en paz, con familias sanas y felices.
México cuenta con JUCONI, pero JUCONI te necesita y espera poder contar contigo.
@Pancho_Graue