El Estado de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Michoacán y Veracruz concentran 55 por ciento de los casos donde los menores de edad son reclutados por el crimen organizado, indica un estudio realizado por la Red de Derechos de la Infancia (Redim).
La directora de la red, Tania Ramírez Hernández, alertó que este delito impera en todo el país y que no hay un estado donde las bandas de criminales no incluyen a menores de edad en sus filas y se calcula que son hasta 250 mil menores reclutados.
Explicó que los jóvenes son atraídos por el crimen organizado por múltiples factores y no solo la condición de pobreza o marginación, como puede suponerse, ya que el rechazo social, la normalización de la violencia y sobreexposición a la violencia en la casa, la escuela y el grupo social también son condicionantes.
“No es únicamente la pobreza o la marginación que supone una precondición; en los municipios más marginados con presencia del crimen organizado no necesariamente las infancias y adolescencias están destinadas a ser reclutadas y utilizadas. Esta interpretación puede representar un error”, declaró la directora de Redim.
En cambio, mencionó que los factores que sí pueden influir son la cercanía con la violencia y la normalización de la violencia, de esa que está presentes en nuestras casas, las escuelas y nuestras colonias: tratos crueles, castigo corporal, violencia económica y verbal, cuyos efectos están resultando en una precondición para ser reclutados…”.
Factores Al vivir bajo el constante acoso de la violencia en distintas manifestaciones, como emocional, rechazo de los padres, pobreza, abandono, orfandad; violencia doméstica, escolar o callejera; falta de oportunidades educativas, laborales y rechazo social generalizado, lleva al menor de edad a sentirse acogido en un grupo donde se le ofrece todo lo que no encontró en su entorno: dinero, aceptación y “crecimiento” en su ámbito de trabajo o interés.
Frase:
“Las labores para las que son contratados son diversas, pero esencialmente son informantes, halcones, cuidadores de casas de seguridad, secuestro y en el peor de los casos sicariato. Pero no es solo el crimen organizado dedicado al comercio de las drogas; el submundo de las actividades ilegales puede ser muy extenso”.
Tania Ramírez Hernández
Directora de Redim
LEG