Reforma electoral
Foto: Twitter/@Pospital | José Woldenberg Karakowsky participó en la mesa “Retos y Desafíos de la Democracia en el Mundo”, como parte de los trabajos del Foro Internacional “El Futuro es Socialdemócrata”.  

El expresidente consejero del otrora Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg Karakowsky, advirtió que la iniciativa de reforma electoral que está en el Congreso, y fue propuesta por la Cuarta Transformación, es regresiva.

“No creo exagerar ni un ápice si digo que es una reforma absolutamente regresiva, absolutamente, es decir, en materia de organización electoral México tuvo la necesidad de construir un órgano autónomo, capaz de darle garantías de imparcialidad a todos”.

Advirtió que, lo que hoy se pretende “es de nuevo alinear a las autoridades electorales a la voluntad presidencial con una propuesta que aparece a los oídos de mucha gente como muy democrática, que es que los ciudadanos elijan a los consejeros, pero que lo único que sucedería es que esos consejeros tendrían que estar en alguna alianza con alguno de los partidos”.

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Consideró que esta propuesta “también se monta en el hartazgo y que propone acabar con el financiamiento público ordinario para los partidos políticos y mantener solamente el financiamiento de campaña, digo, no se necesita ser Einstein para saber que la intención es debilitar a las estructuras partidistas y una vez que uno está en el gobierno, y lo que hemos visto, pues beneficiarse de los recursos que, precisamente, irradian las instituciones estatales”.

Al participar en la mesa “Retos y Desafíos de la Democracia en el Mundo”, como parte de los trabajos del Foro Internacional “El Futuro es Socialdemócrata” organizado por Movimiento Ciudadano, el exconsejero electoral, consideró que la presente administración ni valora, ni quiere lo construido en las últimas décadas en materia de democracia.

“El discurso ha homologado neoliberalismo y democracia de una manera que a mí me parece, no solamente impertinente, sino absolutamente preocupante. El neoliberalismo, en efecto, fue una política y fue la política hegemónica en materia económica, no me cabe la menor duda, pero al mismo tiempo México fue capaz, a través de ocho reformas político-electorales sucesivas de construir un espacio para la convivencia y competencia de su diversidad política”.

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Dijo que desde la presidencia hoy se escucha un discurso, que no aprecia la diversidad que existe en el país, que quisiera que los poderes constitucionales estuvieran alineados a la Presidencia de la República, “que si por él fuera habría que acabar con los órganos autónomos del Estado, que no aprecia tampoco la existencia de organizaciones de la sociedad civil con agendas y planteamientos propios, ya no se diga el juicio que hace sobre el resto de los partidos políticos”.

LEO