“Alarmante, caótica y como una catástrofe”, así califican los trabajadores humanitarios de Haití la epidemia de cólera que azota al país. Incluso, advierten que los niños son los que sufren mayor riesgo por lo que urgen ayuda.
Una gran parte de la población ha quedado aislada, sin acceso a atención sanitaria, ya sea por falta de combustible o por las brutales bandas armadas que controlan grandes zonas del país.
Y sin atención sanitaria, los enfermos de cólera pueden morir de deshidratación en apenas unas horas debido a la diarrea aguda.
“Es una catástrofe. Estamos desbordados”, dice el doctor Jean William Pape, de la oenegé Gheskio, que gestiona dos de los 15 centros de tratamiento del cólera del país.
Aproximadamente la mitad de los casos de cólera en Haití son niños menores de 14 años, particularmente vulnerables cuando sus sistemas inmunológicos están debilitados por la mala nutrición, debido a la pobreza. “Muchos de ellos están muy mal alimentados”, advierte Pape.
En uno de ellos, en la capital de Puerto Príncipe, “tenemos 80 camas, y están todas ocupadas”, explica.
Una banda armada bloquea desde hace semanas un depósito de combustible clave en Varreux, al norte de la capital, agravando la ya de por sí crisis del país.
El Ministerio de Salud había registrado 33 muertes por cólera y 960 casos sospechosos. Y se teme que estas cifras sean mucho peores, según Bruno Maes, representante de UNICEF en Haití.
La situación, dicen los expertos, podría estar controlada ya que los casos graves de cólera son fácilmente tratables con unos días de reposo y rehidratación, además de que existe una vacuna contra la enfermedad.
El cólera está causado por la ingestión de agua o alimentos contaminados con una bacteria llamada vibrio cholerae.
Médicos Sin Fronteras (MSF) gestiona cuatro centros con 250 camas y una veintena de clínicas de rehidratación oral, explicó a la AFP el jefe adjunto de la misión, Moha Zemrag.
El riesgo de secuestro por parte de las bandas impide entrar en estas zonas para desinfectar las casas y los edificios con cloro.
Aunque MSF ha establecido un sistema de transporte para llevar a su personal a los centros médicos de forma segura, la escasez de combustible amenaza con impedirlo “en unas semanas”, explica Zemrag.
Las oficinas de UNICEF han sido saqueadas, y los envíos de medicamentos han sido bloqueados en el puerto.
Datos.
Otra pandemia
5 años
es el efecto de la vacuna contra este virus
2017
fue la última inoculación masiva contra el cólera
10 mil
vidas cobró el penúltimo brote de esta enfermedad en Haití
Frase:
“Debido a la escasez de combustible, los habitantes de las barriadas me han dicho que ha habido varias muertes en sus zonas porque no era posible transportar a los enfermos”.
Jean William Pape
doctor de la ONG Gheskio
LEG