A la vez que el sol comenzó a asomarse sobre la explanada de la Estela de Luz, antes de las once de la mañana, capitalinos se iban acercando al lugar, atraídos por la algarabía y los llamativos colores que las estructuras y vestuarios que cada una de las diferentes alcaldías de la Ciudad de México preparaban sobre Paseo de la Reforma para la Procesión Comunitaria de Día de Muertos.
Con arcos de naranjas y rojas flores de cempasúchil, calacas de cartón, trajes típicos, música en vivo y, sobre todo, gran entusiasmo, los mil 200 participantes citadinos charlaban, ensayaban o ajustaban detalles de último momento antes de comenzar su ruta.
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Detrás de vallas, pero con el mismo ambiente festivo, los asistentes al evento esperaban con ansias que iniciara, muchos de los cuales, sin importar edad, se encontraban caracterizados también con maquillaje y vestimenta alusiva a la tradición mexicana.
Tras una breve inauguración por parte de Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de la Ciudad de México, y Martí Batres, secretario de Gobernación de la capital, la procesión arrancó, entre los vítores de la gente y la custodia de los aproximadamente 700 elementos de Seguridad Ciudadana desplegados a lo largo del camino.
Como un río colorido y alegre, el contingente avanzó sobre la concurrida avenida, para deleite de los civiles, quienes absortos observaban los bailes típicos, las presentaciones musicales, las acrobacias y las edificaciones artesanales que evocaban la emblemática celebración de Día de Muertos.
La procesión arribó a la Plaza de la Constitución alrededor de las dos de la tarde, bajo los potentes rayos del sol, donde sus elementos se encontraron y fundieron con los de la Ofrenda Monumental montada sobre la plancha del Zócalo, causando un espectáculo visual gratificante para los espectadores.
Al término del paso de la comitiva, la gente comenzó a dispersarse por el Centro Histórico de la Ciudad, muchos en espera del Desfile de Día de Muertos. Tal fue el caso de Katherine, quien, acompañada por su mamá, vino desde Tijuana para presenciar todos los eventos planeados en la capital para celebrar la ocasión.
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“Creo que también muy organizado, todas las delegaciones tenían muy buena energía, estuvo muy divertido”, señaló. Además, añadió que “incluso deberían de darle más apoyo, económicamente (…), para que cada vez se atraigan más turistas y tengan más derrama económica”. La mujer compartió que esperara en el Zócalo el paso del Desfile de Día de Muertos, “para estar en primera fila.
Jenny, por su parte, llegó desde las diez de la mañana, procedente del municipio de Acolman en el Estado de México, tras enterarse del evento por redes sociales. Ella señaló respecto al acto: “Me pareció bonito en este caso la participación de las alcaldías, muy bonito. Está muy bien, es diversión, a pesar de que pasamos por pandemia y todo, esto es un desestrés familiar”, concluyó.
RM